El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
El deprimido de Mancera
En breve la administración de Miguel Ángel Mancera entregará –pues eso prometió– la obra más emblemática de su gobierno. El llamado Deprimido de Mixcoac que se ubica justo en la confluencia de Insurgentes Sur y Río Mixcoac, donde antiguamente se encontraba el cine Manacar y ahora se erige una gigantesca torre de cristal y acero que llevará el mismo nombre y será, sin duda alguna, el nuevo referente para esa parte de la ciudad de México. Túneles en el subsuelo y edificios ciclópeos en el horizonte urbano.
La costosa obra será entregada a los automovilistas, pues fue hecha para favorecer el uso del automóvil en una ciudad colapsada por la masificación de ese medio de transporte, a finales del presente mes o a más tardar en las primeras semanas de julio. La intención es que quienes viajan en auto de oriente a poniente o viceversa por el circuito interior pasen por debajo la avenida más larga de la ciudad de México, la de Insurgentes que corre de norte a sur y de sur a norte. En tanto que por arriba se cruce Río Churubusco y la avenida José Mario Rico (eje 8) y se eviten los enormes embotellamientos que ocasionan padres y madres de familia, que dejaban y recogían a sus hijos en las escuelas privadas del rumbo.
El paisaje urbano cambiará radicalmente así como el uso del suelo y los costos de venta y renta de los inmuebles ubicados y por construir en la zona. Como los edificios, los precios se irán a los cielos. La plusvalía al alza desmedida. Edificios de más de 20 niveles se multiplican en dicho entorno, deteriorado ya de por si por la carencia de estacionamientos y la escasez de servicios básicos, como el agua.
Las autoridades locales prometieron reforestar, en lo posible, lo que era el camellón arbolado de Río Churubusco y Barranca del Muerto, donde añejos y frondosos árboles fueron sacrificados para dar paso a la modernidad. Prometieron honrar la memoria de Miguel Ángel de Quevedo y hacer de la zona, un área amable y arbolada. Prometieron también que con todo lo que ahí se realice, los mayormente beneficiados serán peatones y usuarios del transporte colectivo Metrobús, quienes podrán transitar con mayor seguridad y tranquilidad. Veremos, veremos.
Pero las depresiones de Mancera como administrador de la ciudad no terminan ahí. Otra de sus simbólicas obras era el dotar al Paseo de la Reforma –la avenida más bella e histórica de la ciudad de México, pensada por Fernando Maximiliano José María de Habsburgo– de un transporte colectivo ágil y eficaz: un Metrobus de dos pisos, como los que corren por las arterias inglesas y así situarnos a las alturas de las capitales de los países más desarrollados del mundo. Sólo que un juez y grupos ambientalistas lo pararon en seco, aunque alegue que la obra va, porque va, está en riesgo de continuar. También veremos, veremos.
Por lo pronto lo que hasta ahora sabemos es que la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) inició la construcción de la Línea 7 del metrobús, que corre por Paseo de la Reforma, sin contar con todos los permisos necesarios de parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), según se desprende de una entrevista con Arturo Balandro Campos, coordinador Nacional de Monumentos Históricos del INAH, quien señaló al diario El Universal que han realizado diversas observaciones que tienen que ver, sobre todo, con la colocación de las estaciones, la presencia de publicidad, la altura de las plataformas de embarque y el tipo de pavimento; elementos que pudieran afectar el patrimonio histórico tanto en la Calzada de Los Misterios como Paseo de la Reforma.
Contundente y pese al avance de algunos tramos, el funcionario del INAH aseguró que “no se ha aprobado –ni siquiera el proyecto– estamos trabajando en la evaluación del mismo y se están pidiendo algunas modificaciones que todavía no nos presentan el Gobierno de la Ciudad, y por tanto, no hay una autorización. Estamos en la evaluación de todos esos elementos». Y pese a los decires de Mancera, el INAH expuso: “la construcción de la Línea 7 no ha iniciado, sólo se ha otorgado un permiso para trabajos preliminares que constan del cambio de carpeta asfáltica en el carril de baja velocidad en el tramo de Eje 1 hasta la Fuente de Petróleos”.
Manceras argumentó que todo obedece a motivos políticos y ordenó a su Consejero Jurídico, Manuel Granados hacer lo conducente para continuar con la obra, a la que se han opuesto cientos de vecinos de la zona. Así el jurídico señaló que el gobierno de la ciudad de México cumple con todos los requisitos y autorizaciones, incluidas las de los INAH y el Instituto Nacional de Bellas Artes para la realización del proyecto y lo hará valer con el recurso de revisión que interpondrá contra la sentencia del juez octavo de distrito, que ordenó la suspensión de dicha obra.
Y sentenció que el fallo del juzgador dado a conocer el lunes no es definitivo, pues el mismo establece que la suspensión «únicamente surtirá efectos de manera temporal y no definitiva, es decir, hasta en tanto se dicte sentencia definitiva en el juicio de amparo principal”.
Lo que significa que la obra estará en litigio y suspendida temporal o definitivamente en tanto se dirime si el tramo por donde correría el Metrobús, entre Indios Verdes a la Fuente de Petróleos, «no está considerado como monumento artístico y tampoco como zona de monumentos artísticos», como falló el juez.
Con dichas obras Mancera se pretende levantar el cuello como el mejor alcalde del país y catapultar su imagen con miras al 2018, sólo que hay diversos obstáculos que lo pueden mantener en la depresión y el insomnio, como lo es la puja al interior del PRD por ver quién será el bueno. Y con los despistes al interior del partido amarillo y su dirigente Alejandra Barrales, no se ve claro si va como independiente, candidato externo ciudadano o de plano lo bajan Graco, Aureoles y hasta el mismo Zepeda, quienes son y han sido militantes del eclipsado partido del sol azteca.