Descomplicado
José Calzada Rovirosa debe defender al campo mexicano en la renegociación del TLCAN
Por primera vez desde que inició la era Trump, el Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) se reunirá con su homólogo estadounidense para renegociar el TLCAN.
José Calzada Rovirosa acordó con el titular del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), George Sonny Perdue, aprovechando el recién nombramiento del estadounidense, una reunión de trabajo a la que también asistirá el ministro de Agricultura y Agroalimentos de Canadá, Lawrence MacAulay para revisar los puntos que convienen a las tres naciones en materia del TLCAN.
Según el comunicado de la Sagarpa, Calzada Rovirosa confía en que durante el encuentro se puedan consolidar los logros alcanzados y construir mejores acuerdos, «basados en la confianza, respeto mutuo y cooperación». Aunque esto no fue lo que sucedió con la negociación en el tema del azúcar, la semana pasada.
Los mexicanos esperan no ser defraudados. Porque desde 1994 las negociaciones que incluyen a México en el TLCAN, han sido de desventaja para la nación. Han pasado más de 20 años en que México dejó de ser autosuficiente en la alimentación. Desde 2014 es, prácticamente, el principal importador neto de alimentos básicos en América Latina, lo cual ha convertido al país, como dijo el periodista Carlos Fernández-Vega, “en una fábrica de pobres”.
Ahora dependemos de la carne, lácteos, huevos, leche, aves, semillas, entre otros productos provenientes de Norteamérica. Actualmente se importan alimentos por 25 mil millones de dólares anuales, en 1994 la cifra fue de mil 800 millones de dólares. Ya lo decía entonces el movimiento zapatista (EZLN), que surgió al mismo tiempo que entraba en vigor este acuerdo, que solamente llevaría a México a sumergirse en la pobreza, hoy la cifra de pobres sin acceso a seguridad social es casi del 70 por ciento, ni siquiera hubo el trabajo prometido, casi 30 millones de mexicanos trabajan en la informalidad y la cifra aumenta cada día.
Recién inició el año y 60 mil campesinos del Frente Auténtico del Campo (FAC) pidieron al gobierno de Donald Trump la cancelación del TLCAN, o por lo menos una negociación justa, y ya sabemos que el presidente estadounidense sólo piensa en “America first” o sea “primero los gringos”. Y es que el 55 por ciento de los mexicanos hoy no pueden costear los gastos básicos como alimentación, vivienda, cuidado de la salud, educación, transporte y vestido.
Quizá en estos años la industria automotriz es una de las beneficiadas por el Acuerdo. Pero en lo que toca al campo, se perdieron cerca de dos millones de empleos de 1991 a 2007. La desventaja de los campesinos fue la tecnología contra la que competían y hasta hoy siguen igual pues los apoyos siempre tardan o son pocos.
Los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Álvaro López Ríos; de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (CODUC), Marco Antonio Ortiz; de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, (CIOAC), Federico Ovalle y del Movimiento Social por la Tierra, Francisco Chew coinciden en que la renegociación del TLCAN es la oportunidad histórica de cambiar el modelo de desarrollo en el campo para mejorar su rentabilidad y el ingreso de los pequeños productores así como incentivar la producción de alimentos, siempre y cuando no se haga cediendo todo, como recién pasó con el tema del azúcar y la fructosa.
Desde 1994 el TLCAN ha sido cuestionado y rechazado por el movimiento indígena y campesino de México porque devastó la base productiva del sector rural. Por el contrario, José Calzada Rovirosa, sostiene que el Tratado ha venido a bien a los trabajadores porque se ganó prestigio en la calidad de los productos, lo cual siempre ha caracterizado a los productos nacionales.
El funcionario público aseguró que el campo mexicano cambió y se transformó con el TLCAN, porque al ingresar, el sector agropecuario nacional invirtió en innovación, infraestructura, tecnificación y modernización de los sistemas productivos y en programas para fortalecer sus esquemas en sanidad e inocuidad con estándares internacionales.
Y aunque dice que se trabaja en una diversificación de mercados, seguimos exportando a Estados Unidos el 82 por ciento de los productos agroalimentarios, y el segundo mercado es Canadá.
El problema es que México debe pagar altos aranceles mientras que los del Norte pagan casi nada, aquí es donde debe destacar el titular de SAGARPA y no ceder más ante las exigencias de los vecinos, en la negociación que podría dar el tiro de gracia al campo nacional.
Desde el centro
Fuerte acusación lanzó Vicente Álvarez Delgado, presidente del Sistema Producto Maíz, quien señaló que ASERCA –organismo de la de la Sagarpa dedicado a la comercialización de los productos del campo– no cumple con publicar las bases para fijar el precio del principal grano que producen los campesinos, por lo que se vive en la incertidumbre y la especulación, pues se les paga la cosecha muy por debajo de los costos de producción… Quienes ganan son los “coyotes” intermediarios con el apoyo de los funcionarios de la Secretaría de Agricultura… Otra dependencia que no cumple es la Sedesol y por eso le toman sus oficinas a cada rato, como sucedió en la semana con los campesinos del Movimiento Social por la Tierra (MST), los que, antes de ser recibidos por el secretario Luis Miranda, denunciaron que la Secretaría de Desarrollo Social sólo se aprovecha políticamente de los más pobres, lo que se demostró con las votaciones en el Estado de México de donde es el titular… Jalisco, el Gigante Agroalimentario, se empeña en conquistar el mercado chino con las berries que se producen en la entidad que tiene como secretario de Desarrollo Rural al presidente de la AMSDA, Héctor Padilla Gutiérrez.