Se prevé ambiente cálido y cielo despejado en CDMX
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de julio de 2017.- Con una duración de construcción de prácticamente dos años -666 días hasta este martes- los dos túneles del deprimido Mixcoac, uno encima del otro, lucen prácticamente concluidos, pero como en cualquier obra, hay detalles; algunos escurrimientos de agua que carcomen a algunas pilas del túnel, y que antes de ser reparadas deben ser reportadas al Sistema de aguas de la ciudad de México.
Otros escurrimientos que son atribuidos a las viejas estructuras de algunas casas, pero también deben ser reportadas antes de hacer alguna reparación. Algunos cables desconectados, gabinetes para extintores y mangueras que aún carecen del equipo para combatir cualquier amenaza de incendio.
La colocación de señalamiento en algunas zonas –amantes de las velocidades, absténganse, el límite será de 50 kilómetros por hora- y balizaciones. Un trabajador coloca cemento blanco en una losa de concreto y el ingeniero Jesús Zenteno, de Apoyo Técnico por parte de la Dirección de Obras Públicas de la Secretaría de Obras, le pide que sólo lo pula, sin cemento banco, porque al paso del tiempo esa capa se deteriora y luce un aspecto demasiado envejecido.
Zenteno está pendiente de la obra. La conoce al dedillo, garantiza que está bien construida y muestra el ancho de las pilas que funcionan como muro de contención, y dice que se respetaron dos pasos de aguas negras, en suma, descarta la posibilidad de un socavón o falla similar como en el Paso Express de Cuernavaca y que dejó la muerte de dos personas. Refuerza su argumento al decir que no se privilegió la rapidez en la obra ni el ahorro en recursos, con el fin de brindar seguridad.
-¿Tendríamos la garantía que no habrá colapso de la obra por la manera como se ha construido?
“Así es, el principal objetivo es ese, no podemos escatimar en una obra qué me cuesta más barato cuando pones en riesgo la cuestión estructural o de seguridad de quién va a usar o para quién va a servir este túnel, ni aunque construyas una banqueta puedes exponer a quienes las vayan a transitar, en este caso es para servir a los vehículos. De acuerdo con el estudio vamos a tener una afluencia de 80 por ciento de la carga vehicular que va a transitar por esta zona, el 20 o 15 por ciento es de gente que va a trabajar o vive en las cuatro colonias afectadas y el tráfico de mayor carga es el que pasa por circuito interior”.
Zenteno recorre los túneles, explica que durante los prácticamente dos años han trabajado 700 hombres en la obra, las 24 horas del día, haga sol o llueva y sólo han parado labores durante 15 días de contingencias ambientales en 2016, 8 de este año y los días que el Papa Francisco estuvo de visita en México, en febrero del año pasado.
A unos días de que se inaugure, lo que le apura y en lo que trabaja ahora marchas forzadas es la construcción del parque lineal, donde se ve a un grupo de trabajadores quienes en un área redonda preparan lo que será una de las cinco fuentes que lucirá el espacio.
El parque medirá 900 metros lineales y el proyecto tendrá más de 21 mil metros cuadrados de áreas verdes, en un proyecto que debió derribar 650 árboles.
En medio del camellón habrá un paso, y del lado derecho yendo hacia Mixcoac se conservará una zona verde que ya estaba, mientras del lado izquierdo se prepara un talud con una montañita de tezontle cubierta por una redecilla plástica que será cubierta por tierra vegetal y ahí se sembrarán árboles.
También se alistan las luminarias entre las laterales de ambos túneles subterráneos, y para atravesar el parque lineal los peatones tendrán 16 pasos seguros con rampas en los que los autos reducirán de manera obligatoria su velocidad.
Ahí es donde se concentra ahora el mayor número de trabajadores que trabajan con palas, con aplanadoras pequeñas, que esquivan varillas salidas, que portan casco protector, sin importar el sol de las dos de la tarde.
Pero para la primera quincena el trabajo habrá concluido, ya no habrá cortes viales ni desviaciones, el Metrobús ya podrá pasar sobre Insurgentes sin sortear a autos que buscan dar vueltas prohibidas.
Se le pregunta a Zenteno qué se siente.
“El trabajo como cuestión personal es muy satisfactorio profesionalmente donde intervienes una obra y ves cuál es tu intervención, pero no nada más quien interviene, sino la gente que está trabajando bajo las condiciones climáticas, sol, lluvia, el reconocimiento lo llevamos todos, las autoridades, la secretaria de obras, la constructora, de supervisión es un conjunto para lograrlo”, concluye.
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