Ni más ni menos/Joel Hernández Santiago

Castigo sin castigo

El sistema político mexicano es extremadamente complaciente con quienes le son fieles servidores, sobre todo si sirven a quien está en el gran poder y si esto permite la perpetuación de un régimen y su manera tan particulares de gobernar y administrar los bienes nacionales, aunque los ciudadanos queden excluidos de la toma de decisiones porque, a la manera del Virrey, Marqués de Croix en 1776: ‘…Nacimos para obedecer y callar y no para meternos en altos asuntos de gobierno…’.

Así que se hace y se deshace en nombre del gobierno y de  la democracia, aunque esa democracia sea una señora que pasa de largo y nos mira al soslayo porque  simple y sencillamente no somos de la estatura de su vida. Y se elige a tal o cual gobernante, quien elige con quién gobernará y todos juntos –con frecuencia- cometen desmanes y saqueos y corrupción, y luego ocurre eso que se llama impunidad y cuyo uso y costumbre define a ese mismo sistema político nacional.

Así que, de pronto, los hombres de birrete y balanza anuncian que la señora Xóchitl Tress salió libre de pecado capital y que lo suyo es un pecado venial dentro de los esquemas del nuevo modelo de justicia mexicana.

Esto es, que la ex funcionaria estatal de Veracruz durante la gestión del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, a quien como se sabe, se detuvo en Nayarit porque la Procuraduría General de la República la señaló de haber recibido como obsequio una casa y un vehículo de lujo con recursos públicos al ser –se dijo- pareja sentimental de Duarte de Ochoa.

La señora Tress quedó en libertad porque durante el juicio que se desarrolló en contra de ella, ‘no quedó demostrado que haya sido novia del ex gobernador; aceptó su responsabilidad mas no su culpabilidad y no quedó demostrado que ella haya tenido una relación sentimental con el ex gobernador. Ella aceptó que esto se centraba en un inmueble’.

El abogado de la señora Tress anunció a los cuatro vientos nacionales que ella “devolvió el inmueble y con eso el daño que se pudo haber causado ha sido reparado y al repararse procede la conmutación de la pena (…) el ilícito por el que se le acusó tiene una mínima de tres años y máxima de diez y se le aplicó de tres años porque entregó el bien”.

El Nuevo Sistema de Justicia Penal contempla la ejecución de acuerdos reparatorios, a lo cual tiene derecho todo imputado por delito patrimonial]

Así que a las 18.08 horas del sábado 5 de agosto la señora Tress abandonó el Penalito de Playa Linda, en Veracruz. Tan terso procedimiento y solución como si el delito no existiera y como si el agravio no hubiera ocurrido al conocer –ella- el origen de los bienes que le fueron regalados y al aceptarlos ella misma…

Pero ‘qué le vamos a hacer’ diría la tía buena y complaciente. Antes se decía “dura lex, sed lex”… ¿qué se dirá ahora?…

Porque a como van las cosas se comprueba poco a poco que lo de Javier Duarte de Ochoa va a terminar en agua de borrajas y sus servicios al régimen serán resarcidos de manera tal que un día saldrá tan libre y tan campante con su sonrisa infernal reprochándonos a todos los mexicanos lo inútil de nuestras aspiraciones de ley y justicia.

Y el presunto acuerdo para que termine en un “aquí no pasó nada” incluye que la señora Karime Macías, esposa del ex gobernador detenido, siga mirando al cielo y las estrellas porque hasta ahora, no se sabe que nuestra justicia nacional hubiera hecho algún trámite para presentarla a declarar y resguardar los bienes de los veracruzanos que pudieran estar en uso de la misma señora quien, como niña de escuela de párvulos, repetía en planas enteras la frase “Sí merezco abundancia-Sí merezco abundancia-Sí merezco abundancia…”. ¿La merece? ¿Qué hizo para merecerla?

Y en ese camino tan lleno de complicidades, silencios, acuerdos, pero terso como terciopelo para los solidarios del régimen, se procederá en contra de priístas sin que esto dañe el proceso electoral de 2018 y sin que esto sea ejemplo de castigo para quienes aún son “solidarios” con el régimen.

Así pues, castigo sin castigo. Es la regla. Es la ley de hoy. “¿Qué le vamos a hacer?, aquí nos tocó, dice Ixca Cienfuegos en “La región más transparente” de Carlos Fuentes.