Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Norberto Rivera tiene que rendir cuentas a grey católica
Ahora que cumplió 22 años al frente del Arzobispado de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera ya presentó ante el Papa Francisco su renuncia al cargo, por haber cumplido 75 años, tal y como lo establece el Código de Derecho Canónico. Sin embargo, antes de irse Rivera Carrera tendrá que rendir cuentas a la grey católica que tanto despreció y la que le arrancó importantes sumas de dinero con el cobro exagerado de los servicios religiosos.
A diferencia de su antecesor Ernesto Corripio Ahumada, que durante y después de los sismos de septiembre de 1985, fue muy solidario con las clases sociales más pobres de la ciudad y a través del programa Caritas, ayudó a la construcción de viviendas y, sobre todo, vigiló que los recursos obtenidos de la ayuda humanitaria, no fueran robados y se canalizaran debidamente a las construcciones de unidades habitacionales, Norberto Rivera despreció a los más necesitados.
No sólo eso, Norberto Rivera tendrá que responder a una serie de denuncias penales y civiles, que sospechosamente no han prosperado, pero tienen que ver con la violación de monjas, mujeres comunes y niños por parte de sacerdotes que estaban bajo su responsabilidad, en el arzobispado. Hay un caso de un sacerdote violador que lo recomendó a la arquidiócesis de Los Ángeles, California, en donde siguió cometiendo todo tipo de atrocidades.
Ahora, los sacerdotes Alberto Athié Gallo y José Barba, presentaron una nueva denuncia penal en la Procuraduría General de la República (PGR), en contra de Norberto Rivera. El padre Athié explicó: “El cardenal Norberto Rivera Carrera tuvo conocimiento pleno, íntegro e indubitable de la comisión de presuntos hechos delictivos perpetrados por al menos quince sacerdotes adscritos a la arquidiócesis a su cargo, consistentes en la realización de abominables actos pederastas”.
Norberto Rivera Carrera era vástago de una devota familia campesina de la comunidad de La Purísima, en la empobrecida zona duranguense de Tepehuanes. Su padre, Ramón Rivera, emigró de bracero a Estados Unidos para sacarlos adelante a él, a su hermano y a sus dos hermanas. Por fortuna para la familia, Norberto –que de niño fue monaguillo– muy pronto se acogió a la sombra de la Iglesia, que le dio estudio, sustento, techo y un trabajo seguro de por vida.
Ahora que presentó, en tiempo y forma, su renuncia al cargo de arzobispo primado de México –el pasado 6 de junio–, tendrá que esperar la designación de su sucesor y será el Papa Francisco quien determine qué tanto tiempo más deja al cardenal Rivera al frente de la Arquidiócesis.
“Esa es una decisión soberana y absoluta del Papa”, dijo el vocero de Rivera, Hugo Valdemar quien recordó que hay obispos a los que el Papa deja todavía otros años más al frente de sus diócesis, como ocurrió con el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, a quien le permitió quedarse cuatro años más al frente de la Arquidiócesis de Guadalajara, luego de que éste le presentó su renuncia.
Pero en el caso de Norberto Rivera sería muy bueno que ya no estuviera, pues según les reveló a algunos de sus cercanos, que quisiera mantenerse hasta la sucesión presidencial. Hay que recordar que estuvo muy activo en sus gestiones en Roma para el caso de Vicente Fox y Martha Sahagún, así como en el de Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto.
Norberto Rivera que le encanta trasladarse en coches o camionetas Mercedes Benz, no se le ha visto a lo largo de los años en las zonas más empobrecidas y marginadas de la ciudad. En cambio, es frecuente verlo en cenas y comidas con empresarios y políticos. El compromiso con los pobres, con los menos protegidos y favorecidos, para él fue como un slogan de campaña proselitista y son públicas sus relaciones con el padre Marcial Maciel, con quien hizo muchos negocios relacionados con las escuelas y universidades católicas, además de que elevó exageradamente las tarifas de los servicios religiosos.
Norberto Rivera atacó a organizaciones defensoras de derechos humanos provenientes de corrientes religiosas no afines a sus conceptos religiosos y fue un duro crítico en contra del aborto y de los derechos de los homosexuales. En 22 años al frente de la Arquidiócesis fue más candil de la calle y oscuridad en su casa. Por eso y muchas razones más, debe rendir cuentas a la importante grey católica y cristiana, que sigue siendo mayoría en todo el país.