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De norte a sur
El 2018 ya está aquí.
El año que viene será un año muy disputado electoralmente. Reacomodos, figuras y estrategias se empiezan a mostrar para ir ganando terreno, trincheras y adeptos. El interés y atención se han centrado en las elecciones federales que conducirán al ganador a posesionarse de la silla del Águila. Uno es el más visible y puntea las preferencias del voto, Andrés Manuel López Obrador apoyado por sus fieles morenos. El PRI abrió candados y posibilidades a más de uno, sin embargo, son sólo dos quienes definirán la pasarela interna del tricolor, ambos secretarios de Estado: José Narro Robles, de Salud y José Antonio Meade, de Hacienda.
Falta por definirse quien será la o el candidato del PAN, y aunque Ricardo Anaya mantiene el control del albiazul hay diversos contendientes desde Puebla hasta Baja California Norte, pero creo será el joven Anaya, quien posee y controla toda la estructura. De ésta manera la anunciada renuncia de Miguel Ángel Mancera a la administración de la ciudad de México para contender por la candidatura del Frente Amplio Opositor (Fao) está más que en duda, no pasará ni como precandidato ciudadano independiente, ni como favorito de la misma. Será, si acaso, la figura en la cual se aglutinen los negro amarillos ante la falta de otras más atractivas. El PRD, totalmente eclipsado, busca sólo sobrevivir a nivel nacional y mantenerse gobernando a la megalópolis. Pero ni eso.
De las elecciones federales y los procesos de los partidos para seleccionar a sus candidatos mucho se ha dicho, poco se ha comentado la contienda por la capital de la república. Y en éste escenario el punto de atención recae al interior de Morena. Su líder indiscutible ha dicho que será a través del consenso como se definirá quién será el o la buena que enarbolará las banderas para la conquista de la gran Tenochtitlán. Desde ahora la lucha entre los morenos luce competida y cerrada, aún no encarnizada, pero si ya muy apretada.
En la pasarela de los morenos están la delegada de Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo, reconocida académica universitaria, licenciada en física, con posgrados e ingeniería energética por la Universidad Nacional Autónoma de México; Martín Batres Guadarrama, abogado con una larga trayectoria política, dos veces diputado federal y Secretario de Desarrollo Social del Gobierno del entonces Distrito Federal (2006 a 2011), así como Ricardo Monreal Ávila, actual delegado de la Cuauhtémoc, miembro del Movimiento de Regeneración Nacional ex gobernador de Zacatecas entre 1998 y 2004 y muy cuate de Andrés Manuel. ¿Dedazo o consenso?
Hay un cuarto contendiente, y lo menciono aparte pues no obstante de haber sido el delfín de Marcelo Ebrard y perder la precandidatura años atrás ante Miguel Ángel Mancera, ahora vuelve a levantar la mano y quiere ser impulsado por los morenos. Se trata de Mario Delgado, el economista muy ligado a Ebrard y quien le manejara las finanzas al fugado a Paris, por la deficiente construcción de la línea 12 del Metro. Creo, que como en el caso de las elecciones federales con Mancera, Delgado por más que brinque no pasará ni con los morenos, ni con los amarillos.
Así, el escenario más viable es que los morenos se harán de la ciudad de México y varios municipios del estado de México. Con Claudia o Ricardo, los más factibles, terminarán por pulverizar al PRD que no podrá conservar ni siquiera su bastión que es Coyoacán. Lo que significa también que las aspiraciones de Alejandra Barrales, compañera, socia y amiga de Mancera, hasta ahí llegarán. O se ligan a los morenos o fenecen.
El PRD ni coaligado con el PAN y el PRI tiene posibilidades de conservar la ciudad capital. Será arrasado y sus escasos militantes y simpatizantes se rostizaran más hasta tornearse morenos. La derrota será peor que la noche triste de Cortés y no habrá árbol a dónde acudir a consolarse. El que fuera el gran proyecto de la izquierda, el partido que ayudaran a formar Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Heberto Castillo y tantos más, llegará a su fin lastimosamente.
Para mi ciudad deseo, porque urge, un gobierno honesto que no esquilme más a los automovilistas y el resto de los ciudadanos. Un gobierno que dote de eficientes, suficientes y seguros medios de movilidad a los millones de usuarios del transporte público. Que frene y ordene al crecimiento caótico de condominios y demás construcciones que colapsan servicios y hacen inhabitables diversas zonas antes residenciales. Pero sobre todo que nos devuelva la tranquilidad, la seguridad y combata eficazmente al crimen organizado y a la delincuencia común que nos tiene en jaque.
Saldos negativos de Miguel Ángel Mancera que hizo de la ciudad de México un caos generalizado en todas las tareas que debió de resolver, antes de estar pensando en la candidatura presidencial. Ambicioso e ingenuo, olvidó de gobernar y se puso a soñar. Muy tierno él nos prometió una ciudad rosada.
Y la hizo más gris. Convirtió a nuestra ciudad en la capital de la inmovilidad, la circulación vehicular hasta hace unos años era de 40 a 60 kilómetros por hora, hoy es de 13 kilómetros por hora. El Metro presenta serias deficiencias y se convierte en una trampa mortal para los usuarios. Los camiones y paraderos de los llamados concesionados son un verdadero desastre, circulan y se estacionan por donde se les da la gana y nadie los regula. Las multas, arrastres y arañas para los automovilistas son una verdadera pesadilla y se multiplican día a día.
En verdad Mancera que te vaya bonito, pero que bueno que te vas el 17 de septiembre. Nadie en la ciudad de México, salvo tus cercanos, te vamos a extrañar. Estoy cierto que no ganarás ni la precandidatura del FAO y te conformaras con una cartera en el nuevo gobierno federal, de llegar los priístas a quienes bien serviste, pero si son los morenos, adiós por siempre.