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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de agosto de 2017.- A las 7:45 horas, al concluir el alba, se izó la bandera de México en el Zócalo remozado: pasaron cuatro meses de las obras de rehabilitación de la plancha para que volviera a verse en el asta de color gris desplegada.
La ceremonia, llamada De Inauguración de la Plaza de la Constitución, fue encabezada por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera –cuyo gobierno gastó 150 millones de pesos por el remozamiento de la plancha.
Infaltables, acudieron los secretarios de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos y el de Marina (Semar), Francisco Vidal Soberón Sanz, respectivamente.
Por parte del Gobierno federal acudió la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, y como invitado estuvo el arzobispo primado de México, Norberto Rivera.
Juntos, cortaron el listón de la nueva plancha del Zócalo, definido por el arqueólogo Eduardo Matos, también presente en el acto, como “el Corazón de la Patria”. Recordó que cerca está el Templo Mayor de los mexicas, y también se halló una representación de la Cuatlicue, la madre de los dioses prehispánicos, en 1790, y ese mismo año, la Piedra del Sol o Calendario Azteca.
Asimismo, donde ahora está el Palacio Nacional se encontraban las antiguas casas de Moctezuma, y después de la conquista fue sede de los poderes virreinales, ahora lo son del gobierno de la república.
Destacó también el peso social de la Plaza de la República, también llamada Plaza Mayor o Plaza de la Constitución, que ha sido sede de manifestaciones de índole diversa, y donde cada año se da el grito del 15 de septiembre que reúne a miles de personas.
“Hoy un nuevo acontecimiento tiene lugar en la misma, el remozamiento de la misma que habrá de crear el precedente para que los edificios que la circundan cobren todo su resplandor y belleza”, expresó.
Para la secretaria García Cepeda, el Zócalo es una plaza que señala los rumbos del universo mexicano, las cuatro esquinas del mundo cósmico del pasado prehispánico y de la actualidad de la sociedad mexicana.
Mancera por su parte mencionó que en la plancha –construida en 1724- ha tenido kioskos, árboles, y en 1956 se decidió que la plancha ya no tuviera nada encima, y desde 1957 no se remozaba y ahora tiene un nuevo rostro, luego de sufrir un claro deterioro.
“Tomé la decisión de emprender un esfuerzo importante para que recobrara su plenitud, su espíritu de grandeza y su majestuosidad”.
Expresó que la conclusión es oportuna, pues el siguiente mes es el de los festejos patrios.
Además de los funcionarios locales y federales acudieron bomberos, empleados de limpia y burócratas de oficina, desmañados, colocados en gradas, lo mismo que la banda de guerra, soldados y una orquesta, que interpretó repetidas veces Mi Ciudad.