El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Filtración de lujo socava a Cervantes
La eficacia de los enemigos internos dentro del PRI y de aquellos del PAN enojados con la alianza segmentada de priistas y panistas produjo, por el momento, la posposición del proceso con el cual el partido en el poder nacional quería legitimar a Raúl Cervantes como primer fiscal general.
Además de la oportunidad periodística de la publicación sobre el Ferrari rojo, por supuesto está la que corresponde con el timing de la filtración: ocurre en el contexto de la disputa para decidir los órganos de gobierno del poder legislativo con alianzas que veremos más frecuentemente entre personas y grupos de partidos que parecían o son ocasionalmente adversarios o incluso enemigos.
Para el titular de la agonizante PGR, promovido por un sector del PRI y otro del PAN, la compra del vehículo es irrelevante. Es un hombre muy rico y puede comprárselo.
Lo que no puede hacer con la misma facilidad es justificar, ante la masivamente enojada audiencia, el uso de un domicilio fantasma para situar la residencia del propietario, él mismo, en el estado de Morelos. Es probable que otros servidores públicos aprovechan reglas discrepantes de una entidad respecto de otra en un país donde el que no abusa es visto como tonto.
Y el que se pasó de listo, por ahora, no será promovido a la fiscalía general. Hasta que un nuevo escándalo de incongruencia pública o corrupción desplace a este mientras a la sombra se reconstituye la reconstrucción del consenso.
Aprovechar un régimen fiscal distinto para pagar menos impuestos y mentir sobre el domicilio no son buenos detalles para un aspirante a fiscal general. Sin saber otras razones prácticas y personales de la decisión administrativa. Eso parece quedarse guardadito.
Así, ¿cómo presentarse como quien creíblemente aplicaría la ley y vigilaría la legitimidad del comportamiento del Estado mexicano?
Tendrá mayores obstáculos para acreditarse como simpatizante de la propia lógica de la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción además del tema de su cercanía con quien y sobre quien debería decidir investigaciones en los próximos años.
¿Cuál debe ser el perfil del fiscal general? ¿El de Cervantes?
Si el presidente Enrique Peña, el PRI mayoritario y el PAN minoritario insisten en sostenerlo como candidato a la fiscalía general no harán mucho más que demostrar que la oposición, especialmente Morena, tienen razón al plantear que está en la naturaleza íntima de estos servidores públicos la inhabilidad de corresponder con lo que trata de difundir su propio líder, el primer mandatario, la distancia respecto de la ética subyacente en la ley y la ausente congruencia necesaria de quienes participen de la construcción de una sociedad donde no predomine la suspicacia.
Esconder información y aprovechar las discrepancias normativas especialmente fiscales no abona a la percepción de integridad de una persona que pretende ser fiscal general.
La recuperación de la confianza pública no ocurrirá en este sexenio, hasta el INEGI reportó ayer su desaceleración en lo que respecta a aquella referida con las expectativas de bienestar de corto plazo.
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