Visión financiera/Carlos Howard

De desastres y reacciones en la CDMX

Una vez más se demuestra, derivado de las desgracias que desafortunadamente ocurrieron en diversos inmuebles de la CDMX a causa del terremoto de 7.1 grados, que la industria de la publicidad exterior no representa el riesgo que de repente algunos medios y ciudadanos suponen.

Sí, al igual que en el sismo de 1985, pero no con la misma cantidad de edificios derrumbados, pudimos observar inmuebles completamente en el piso, pero con anuncios en azoteas que no sufrieron daño alguno o mejor aún, que nadie resultó dañado por caída de estas estructuras.

Se pudo ver que este tipo de publicidad de ninguna manera influyó en la caída de los edificios, pues un anuncio de medida reglamentaria 12.90 x 7.20 metros pesa el equivalente de dos tinacos de 1,500 litros de agua pero su carga se distribuye en una mayor superficie.

Hablamos de una industria que tan solo en la Ciudad de México, que lleva Miguel Ángel Mancera, tiene un valor de mercado que ronda los mil 500 millones de dólares al año, donde participan alrededor de 150 empresas, y en la cual más de 4,100 anuncios se encuentran ordenados e inscritos en el Padrón Oficial.

Lo que sí es evidente es el nivel de corrupción inmobiliaria que sin ningún tipo de control permite que las autoridades como la SEDUVI, hoy en manos de Felipe de Jesús Gutiérrez, autorice edificios que exceden el número de niveles permitidos o utilicen material de baja calidad como las torres de departamentos que siendo nuevos se cayeron en varias colonias, algo que deberá ser juzgado en su momento, una vez pasada la emergencia.

Pero sin duda, lo más importante ahora es que los legisladores y las autoridades encargadas de la planeación urbana hagan algo de verdad por la ciudad y no por intereses de algunos cuantos, pues ya quedó comprobado finalmente que la corrupción mata y que los que la pagamos somos todos.

 *** Reconocen a financiera pro mujeres

Honor a quien honor merece, hablamos de la firma Contigo, que dirige Allan Cherem, ya que fue la única entidad financiera mexicana en aparecer en la lista de la calificadora internacional MicroRate, con las mejores notas en desempeño institucional y social.

MicroRate, que lleva aquí Maria Belén Effio, es la entidad que mide el desempeño de las instituciones financieras de varios países, entre otras cosas, la responsabilidad de este tipo de empresas en favor de clientes, empleados, comunidad y medio ambiente. Y es aquí donde la firma dedicada a micro créditos para mujeres llamó la atención y calificó por su sentido social.

Contigo fue fundada en 2010, y a la fecha ha otorgado créditos de entre 3 mil a 40 mil pesos a más de 200 mil mujeres emprendedoras alrededor de 23 estados del país que se dedican principalmente a actividades como venta de alimentos, ropa, artesanías, joyería, flores y animales, entre otros. Además de formar alianzas con empresas ícono en el sector, como Crédito Real, de Ángel Romanos, quien presume experiencia nacional e internacional.

De hecho, la firma que lleva Allan Cherem, es una de las entidades financieras que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años. Ya que de empezar con una sucursal en Atlacomulco, Estado de México, actualmente suma una cartera de casi mil millones de pesos, y siempre con el enfoque social de ayudar y acompañar a las mujeres en su proceso de echar a andar un negocio o proyecto.

*** Premian a EMA

TOME NOTA *** La Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), que preside Jesús Cabrera, será uno de los invitados más condecorados en la Reunión Anual de Industriales, evento que organiza la Concamin, de Manuel Herrera, y que este año se lleva a cabo en Monterrey, Nuevo León. Esto porque se sabe que los vítores se los llevará el organismo acreditador al ser uno de los ganadores del premio “Ética y Valores”, que entrega el propio titular de la Secretaría del Trabajo, Alfonso Navarrete.

Este premio busca promover una cultura de ética y valores entre los cerca de 100 organismos afiliados así como entre las empresas asociadas en éstos. Además de reconocer el esfuerzo que Cámaras, Asociaciones y empresas realizan en la aplicación de principios éticos en la operación de sus organizaciones.