Desactivan maleta con explosivos en Culiacán
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de septiembre de 2017.- En las calles cercanas a las zonas siniestradas de la delegación Benito Juárez ha comenzado a reinar el silencio.
A ocho días del 19 de septiembre que conmocionó a la Ciudad de México, los rescates de personas en la segunda delegación más afectada por el terremoto han prácticamente concluido.
De acuerdo con el Gobierno de la Ciudad de México, en la demarcación se registraron 11 edificios colapsados (de acuerdo con un reporte del 20 de septiembre), mientras que el jefe delegacional, Christian Von Roehrich informó dos días después que eran 13.
En un recorrido realizado por Quadratín, se observó que en las esquinas de Escocia y Gabriel Mancera y Escocia y Edimburgo, en la colonia Del Valle, ya casi no quedaban voluntarios ni se veían rescatistas.
La zona permanecía resguardada hasta las 14 horas por elementos de las secretarías de Marina (Semar) y la de la Defensa Nacional (Sedena), que vigilaban que nadie no autorizado traspasara los acordonamientos.
Parecía innecesario, el movimiento de personas era casi nulo, pero al mismo tiempo las cicatrices aún persistían, así lo mostraban un par de vehículos aplastados por concreto y que eran movidos con cuidado, ante el grado de deformidad en que quedaron, y que recordaban la destrucción causada por el sismo.
Un centro de acopio ubicado en Nicolás San Juan aún tenía sus puertas abiertas, pero son pocos quienes lo visitaban y una de las vecinas que estuvo a su cargo aprovechó para tomarse un respiro, luego de que los primeros días eran más agitados atendiendo voluntarios, rescatistas, policías, vecinos y familiares de personas afectadas.
Ahí mismo se ubicaba un centro de atención psicológica por parte de la Secretaria de Desarrollo Social (Sedeso), donde dos señoritas atentas compartieron que entre todo el estrés postraumático generado por el 19S, la mayor incertidumbre es la del patrimonio, en específico para quienes se quedaron sin departamento, y que buscaban recuperar parte de sus pertenencias que ahí tenían.
En distintos puntos se ven acordonamientos, mediáticos agrietados y distintos mensajes. Llama la atención un edificio en Heriberto Frías visiblemente agrietado, pero sin cinta de seguridad, y varios papeles pegados a sus paredes que dicen «SIN DAÑO ESTRUCTURAL» y abajo se agrega, «se asegura que ya fue revisado por perito estructural y que se harán reparaciones en cuarteaduras de muros de división, losetas, tabla rocas y acabados».
Otro edificio que muestra el impacto del sismo es el de Yacatas y Concepción Béistegui, en la Narvarte, es una esquina que luce como rebanada y deja a la vista una escalera, unos cuadros y una especie de librero. La calle, resguardada por el Ejército, también parece muda. A unos metros, en el asfalto se ven a unas personas en una miniasamblea. Viene el proceso de reconstrucción o de buscar a dónde mudarse.
A la vuelta, sobre Cuauhtémoc 880, un edificio despostillado tiene una cartulina con un mensaje que pide no tomar fotos para no difundir pánico.
A ocho días del sismo, se entró a otra etapa luego de las labores de rescate, viene la limpieza, la reconstrucción y retomar las actividades cotidianas y se decidirá la denuncia penal que interpuso la delegación contra dos constructoras por su probable responsabilidad en el desplome de los edificios de Zapata 56 y Bretaña 90, en las colonias Portales y Zacahuitzco, respectivamente.
De acuerdo con la delegación, las empresas involucradas son Canadá Building Systems de México y Dijon S.A.P.I. ya que utilizaron materiales de baja calidad y mentir y evadir a la autoridad, lo que puso en riesgo la vida de personas y sus bienes, por lo que se busca que paguen e indemnizan a cada uno de los propietarios y afectados.