Corrupción: un país de cínicos
A cien años (uno de dos)
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Esta crónica pretende mostrar, dar a conocer, cómo se muestra el arte, a cien años del impresionismo. Su inicio fue un movimiento plástico de gran valía y belleza que se desarrolla en la mitad del siglo XIX en Europa. Principalmente en Francia. Lo ponemos como marco de referencia para lograr una mirada interesante de cómo se desarrollo el arte casi un siglo después.
A Cien años, diría nuestro médico escritor don Fernando Calderón Ramírez de Aguilar, a quien confiados consultamos en su vasta biblioteca.
Alrededor de 1960 en el mundo surge un panorama para las artes visuales constituido por 19 diversos movimientos. Entre ellos no parece existir conexión alguna, sin embargo, en realidad esta situación puede reducirse a unas cuantas grandes corrientes que son el continente de toda esa situación. Tales corrientes son:
La neofigurativa que contiene la nueva figuración, el arte pop, el neosurrealismo o neofiguración simbólica, el hiperrealismo y el arte funk.
La forma de cómo se construye este arte es ensamblar rigurosamente una a una sus piezas hasta formar un todo. Este empalmado surge de la necesidad que tuvieron los artistas de crear un nuevo realismo acorde con su época y evita el academicismo anterior.
La materia prima de estas realizaciones es el desperdicio, la basura, elemento primordial de las sociedades de consumo. En el arte buscan un medio de expresión y no un fin en sí mismo. Provocan asociaciones de una crueldad despiadada, evocan el paisaje urbano de las grandes ciudades y señalan la relación aplastante del hombre del mundo de su época con sus productos y el maremágnum de objetos inservibles que le rodean.
En la corriente neofigurativa la nueva figuración fue el producto de una necesidad expresiva al agotarse las posibilidades del informalismo. Ese movimiento artístico que abarcó todas las tendencias abstractas y gestuales.
Es decir, los gestos y comportamientos corporales utilizados como medios de comunicación que se desarrollaron al término de la Segunda Guerra Mundial en Francia y el resto de Europa. En paralelo con el abstraccionismo abstracto estadounidense ponente de la nueva figuración fue su predecesor el irlandés Francis Bacon. Un recalcitrante pintor figurativo en el momento en que este lenguaje parecía haberse agotado y cedido el puesto de honor a las diferentes formas de abstraccionismo. Lírico, cromático o geométrico.
El abstraccionismo lírico ofrece una gama de colores que muestran expresiones de procesos emocionales mediante la pintura. Su actor fue Vasili Kandinsky. El abstraccionismo cromático muestra un rigor matemático de las formas y los colores. Su histrión Piet Mondrian, discípulo de Pablo Picasso.
En las pinturas de esta nueva corriente los personajes gesticulan y le muestran al espectador su miseria por medio de alaridos aterradores. No sólo son parte de una nueva imaginería. Concebidos con elementos de una gran audacia y novedad en donde las figuras son accesorios del fondo pictórico. Se ha creado espacio o ambiente adecuado para insertarlas. Las figuras se encuentran subordinadas al espacio, a la composición, a la simetría, a la proporción, etcétera).
Lo innovador de este lenguaje baconiano es la indisoluble relación entre figura y fondo. Si a alguna de las figuras enjauladas de Bacon se le extrajera o se borrara del cuadro, quedarían sólo rayas, las cuales carecerían completamente de significado. Los representantes se encuentran en Argentina, Colombia, México, Venezuela y España. Algunos del Grupo Hondo español y el colombiano Fernando Botero con sus grotescas, pero hermosas figuras.
México encontró terreno en este arte con José Luis Cuevas, quien acaba de morir y recibió homenaje en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
De esta corriente neofigurativa hay que mencionar al arte pop, un gran movimiento de esa época, lo cual se debe a que, los movimientos que lo sucedieron son su continuación, o una reacción frente a él.
El término arte pop fue acuñado en 1954 por el escocés John MacHale con la finalidad de describir el movimiento. Su importancia radica en que logró plenamente la renovación del arte figurativo por la que pugnaban los artistas y también la sociedad.
Lo logró por medio de la incorporación de figuras populares, es decir, visto desde la vertiente anglosajona, las imágenes de consumo que comprenden las figuras de la publicidad dirigidas por cualquier medio al consumidor (revistas de “monitos”, anuncios de periódicos, revistas de otro tipo, televisión, cine, etcétera).
Dicha recuperación en el terreno artístico de las formas cotidianas, prosaicas y vulgares, llevó a una trivialización del arte, no sólo de su forma aparente, sino también de su contenido y significación.
Posteriormente, el arte pop se convertiría en algo diferente, incluso se inicia una cultura Pop. Este arte y el minimalismo están considerados como los últimos movimientos del arte moderno. Su representante fue Andy Warhol, el cual mostró lo que valía ese arte (por una de sus obras -Turquoise Marilyn pintado en 1964 y vendido en 2007- se pagaron ochenta millones de dólares).
Esto sólo lo han logrado las obras de Pablo Picasso, Pierre-Auguste Renoir, Vincent van Gogh o Gustav Klimt, por ejemplo.
Por otra parte, el arte pop también se trasladó al cine, y su histrión fue Pedro Almodóvar.