Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de noviembre de 2017.- La tradición del Día de Muertos viajó más de 2 mil 500 kilómetros para alojarse en el corazón de la Universidad de Costa Rica (UCR) y compartir con sus estudiantes el significado de esta ofrenda llena de colorido, olores y sabores.
En esta ocasión, el Centro de Estudios Mexicanos (CEM) de la UNAM-Costa Rica, a cargo de la doctora Isabel Vázquez, ofreció el altar de muertos a todas las víctimas por los sismos que sacudieron al centro del país, y a Oaxaca y Chiapas en el pasado mes de septiembre.
Margarita Valero, asesora en la CEM UNAM Costa Rica, señaló que el altar es una forma de conmemorar la muerte; es un homenaje póstumo y anónimo con la intención de honrarlos.
No hizo falta nada. Un altar, incienso, papel picado, fruta, flor de cempasúchil, calaveritas de azúcar, todo para recordar, a la mexicana, a quien “se nos adelantó”.
“Los fallecidos del último ciclo después del 2 de noviembre del año anterior a la fecha es a quien se les ofrenda un altar, y su conmemoración depende de la zona del país, ya que se utilizan elementos naturales y locales”.
La esencia mexicana se sintió en cada uno de los rincones de la sala multiusos de la Escuela de Estudios Generales, conocida como El Girasol. La internacionalización de Costa Rica se reflejó a través del programa de movilidad estudiantil con el que cuenta la UCR. Ecuatorianos, chinos, panameños, nicaragüenses, entre otros, consumieron un pequeño pedazo del folclor mexicano.
Los visitantes de la ofrenda de Muertos quedaron impresionados y conmovidos con esta exposición, como Mariana Fernández, estudiante de Biología de la UCR, quien considera que hay que luchar para no olvidar los orígenes latinoamericanos: “La cultura mexicana es mágica. Me llamó la atención porque en estas fechas se celebra mucho el Halloween, que no es perteneciente a los pueblos latinoamericanos. Siento que es importante para recordar lo que está más cercano a nosotros, porque con esto de la globalización se pierden mucho las costumbres autóctonas de los pueblos”.