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CIUDAD DE MÉXICO; 7 de noviembre de 2017.- La presidenta de la Mesa Directiva de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Flor Ivonne Morales Miranda, levantó la sesión legislativa a las 15:20 horas, por falta de orden en el Pleno.
Lo hizo en medio de reclamos entre perredistas y morenistas, quienes después de levantada la sesión tomaron la tribuna, mientras los primeros organizaron una votación para destituir a la presidenta de la mesa directiva, la también de Morena Flor Ivonne Morales Miranda. En los escarceos, el del sol azteca Francis Pirin intentó romper una cartulina del otro partido.
La razón del desencuentro fue la discusión que sostuvieron en la sesión por la supuesta moción suspensiva que solicitó Morena para aplazar la discusión del dictamen para el funcionamiento de la planta termovalorizadora proyectada por el gobierno capitalino de Miguel Ángel Mancera y que busca que los remanentes del presupuesto federal para la ciudad, se destinen a la construcción de dicho proyecto, Los de Morena proponen que sean redirigidos a la reconstrucción de la capital.
Según el coordinador de Morena, Cesar Cravioto, la bancada de Morena entregó la moción suspensiva para detener la discusión del dictamen en ese sentido, y acusó que con la intención de discutir el dictamen, hecha por el legislador del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Fernando Zárate, los diputados actuaban de manera leguleya.
Afirmó que en caso de votar el dictamen a favor se embaucaría a la ciudad con un negocio de más de 100 mil millones de pesos “a favor de los amigos” de Mancera.
Entonces, la respuesta fue de coordinador a coordinador, con Leonel Luna, jefe de la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien aseguró que no habría discusión de la moción suspensiva porque no había documento y por lo tanto no se estaba respetando la formalidad legislativa.
Cravioto volvió sobre sus argumentos y se encendió la mecha para el desorden, cuando el perredista Iván Texta, con tal de que ya no hablara el morenista, jaló el micrófono como si quisiera arrancarlo.
Alfonso Suárez del Real, también de Morena, intervino a su vez y el asambleísta caracterizado por su buen hablar y mejor decir estaba tan exaltado que en lugar de expresar que se estaba cometiendo una chicanada dijo que era una “chicana” y aseguró que él no formaría parte de “una legislatura chicana”.
Zárate retomó la palabra y calificó de leguleyos a los morenistas y cuando Suárez del Real pidió a la presidenta, la morenista Flor Ivonne, la palabra para hacerle una pregunta, ésta le pasó el mensaje a Zárate, quien con un gesto altivo se negó a responderle.
Después intervino Texta, quien hablaba casi a gritos, la presidenta le pidió entrar en orden y él le dijo que era su intervención. Delante suyo Cravioto parecía un traductor de señas porque gritaba pero con el micrófono apagado por lo que no se le oía, aunque Texta burlón lo retó: “grita”, le ordenó y luego al ver que el morenista seguía le dijo “a mí me gusta que griten”, lo que causó las carcajadas del respetable.
La presidenta lo volvió a llamar al orden y Texta le contestó que él hablaba así. La Asamblea parecía una sucursal de la torre de Babel y fue entonces cuando la presidenta ordenó levantar la sesión.
“Se levanta la sesión porque no hay orden”, dijo la presidenta, quien con palillos condujo la malograda sesión. Sus compañeros de partido tomaron la tribuna.
Los perredistas, furiosos, amenazaron con quitar de la presidencia de la Mesa Directiva a Morales Miranda y hasta organizaron una votación, y para ello en el papel de presidenta de la mesa entró al quite la vicepresidenta, Rebeca Peralta, y votaron el polémico dictamen con 34 votos a favor, los justos para aprobarlo, y lo hicieron pese a que ya había sido levantada la sesión. Fue cuando los morenistas gritaron «ilegal, ilegal».
Afuera en tanto esperaba el consejero jurídico de la ciudad, Manuel Granados, quien estaba citado para comparecer, pero ante el desorden prevaleciente, se le dio por tomado su informe y así fue como concluyó por este martes el espectáculo de los asambleístas.