Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Nos vemos en el cielo
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Este día incursionemos en algo que a todos, ambos géneros, atañe. Aunque no existe una fórmula mágica para un matrimonio duradero entre hombre y mujer, como los de antaño, sí podemos afirmar abiertamente que las parejas que duran eternamente son aquellas que tienen y saben cultivar las siguientes cualidades.
1. Honestidad
Las personas honestas no temen decir la verdad, son sinceras tanto con los demás como con ellas mismas. Alguien así te inspira confianza. Una pareja honesta nunca te traicionará, lo cual es una cualidad importante.
Se trata de la capacidad de sentir el estado de ánimo. De compadecer, disfrutar de la belleza alrededor, apreciar las cosas pequeñas de la vida y el hecho de estar vivo. Una persona así inspira las ganas de abrazar y amar.
Todos queremos el apoyo de nuestros seres queridos y sentir la compasión. Es importante saber que tu pareja siempre estará de tu lado pase lo que pase. Que sean un equipo y que juntos puedan superar todo. Esta seguridad es muy inspiradora.
La constancia y fidelidad incluso a pesar de todas las tentaciones es el pilar de toda relación. Es necesario ser leal hacia su pareja en cuerpo y alma. Lealtad a sí mismo, a sus principios y valores. La persona que posee estas cualidades es un regalo del destino.
La habilidad de esperar sin reproches, de resistir a todas las incomodidades y problemas, intentar una y otra vez sin quejarse de los fracasos. Estas cualidades valen oro. La sabiduría de la pareja puede hacer verdaderos milagros.
Es importante que tu media naranja sea de total confianza tanto para los grandes como los pequeños detalles. Sin confianza, la relación se cae a pedazos o se convierte en una tiranía por el control total. Una relación debe ser cómoda y acogedora y la confianza es uno de los ingredientes más importantes del amor.
Ambos van al cielo. Allá, En Las Nubes, la mujer encuentra a su amado marido y muy feliz vuela hasta donde está él y le dice:
– ¡Amor mío, estoy tan contenta! ¡Qué bueno encontrarte! Y él responde:
– ¡No me vengas con esas! El contrato fue muy clarito: ¡hasta que la muerte nos separe!