Transparencia, el reto de la transición al Inegi y la reforma necesaria
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de enero de 2018.- Los 380 millones de pesos a los que partidos políticos renunciaron tras la exigencia social por los sismos de septiembre pasado, sólo sirvieron de arenga populista electorera, condenó la Arquidiócesis de México.
A través de su editorial titulada ¿Austeridad?, la Iglesia afirmó que el clamor público demandó de los partidos políticos una verdadera austeridad, no sólo apariencias.
«380 millones sólo sirvieron de arenga populista electorera, mientras el derroche continúa sin escuchar el clamor público que demandó de los partidos políticos una verdadera austeridad, no sólo apariencias».
Recordó que después de los sismos de septiembre pasado, organizaciones de la sociedad civil demandaron de los partidos políticos la renuncia total a sus prerrogativas y financiamiento público con la finalidad de que dichos recursos se destinaran a la reconstrucción y reactivación económica de las regiones azotadas.
«Los institutos políticos respondieron a través de iniciativas y discusiones para renunciar a montos en el último trimestre del año 2017. El 22 de diciembre, el Instituto Nacional Electoral hizo público el documento Informe Respecto de la Renuncia al Financiamiento Público por los Partidos Políticos Nacionales, en Virtud de los Sismos del Mes de Septiembre de 2017, en el cual se detallan cuáles fueron los partidos, además de los montos para ser destinados a los diferentes fondos de desastres».
«De acuerdo con este documento, sólo cinco partidos políticos entregaron recursos económicos de sus prerrogativas correspondientes a octubre, noviembre y diciembre de 2017. La suma hasta diciembre ascendía a más de 380 millones de pesos, que incluyen montos por actividades ordinarias y específicas. Sólo un partido político renunciaría a 30 millones de pesos en enero, mientras que los demás no hicieron referencia de entrega de recursos para el 2018», indicó.
Advirtió que 380 millones de pesos son insuficientes para las grandes urgencias que todavía padecen muchas comunidades pobres.
«La descripción de estas cantidades no es ociosa, pues demuestra que no se ha dado una verdadera voluntad política para renunciar efectivamente, y en un porcentaje suficiente, a fin de coadyuvar a la reconstrucción que necesita más de 14 mil millones de pesos. En este sentido, el dinero en precampañas y campañas resulta un dispendio abrumador que debería destinarse a la urgencia del desarrollo de todas esas comunidades. 380 millones sólo sirvieron de arenga populista electorera, mientras el derroche continúa sin escuchar el clamor público que demandó de los partidos políticos una verdadera austeridad, no sólo apariencias», consideró.