Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Tiempos de fechas y definiciones.
A unas horas de que se devele quien será la (el) candidata del Frente en la contienda por la ciudad de México, todo apunta que la encuesta –de la que nadie supo nada de nada, sobre su realización y metodología, aunque sí meros balbuceos al respecto del dirigente perredista en la capital, Raúl Flores—la decisión final, que tomará Miguel Ángel Mancera, máximo elector del Sol Azteca, sin ser éste miembro de esa agrupación política, caerá en la figura, poco querida, de Alejandra Barrales. La sorpresa sería que la balanza se inclinara a favor de Salomón Chertorivski Woldenberg, para elevar la contienda.
En tanto, y a unos días de cumplirse cuatro largos meses, entre otoñales e invernales, miles de damnificados del sismo del pasado 19 de septiembre siguen en la calle sin ayuda y sin apoyos, soportando las gélidas temperaturas y la indiferencia de las autoridades capitalinas.
Para los damnificados el presente y el futuro es incierto. La ayuda ha cesado o se ha tornado en actos de corrupción, como es el caso de la clonación de las tarjetas de Bansefi. Al tiempo que la reconstrucción avanza lenta e ineficientemente y es punto sustantivo en la agenda de discusión y promesas entre los partidos, que se disputan la gobernanza de la capital.
Tanto el PRI como Morena acusan a la actual administración de ineficiente e inoperante, y está se defiende argumentando falta de recursos e invita a firmar pactos de civilidad, innecesarios si tan sólo se pusiera a trabajar en materia de seguridad. Violencia e inseguridad, otro de los grandes temas a definir en estas precampañas, y más aún en las campañas.
Y si bien el llamado pacto de civilidad no fue signado por todos, la violencia, por el momento ha cesado. Ya no se observan los actos brutales tendientes a reventar mítines a punta de garrotazos y sillazos. Al menos así fue en el más recientemente efectuado por Morena en el bastión perredista que es Coyoacán. Empero, el ambiente está caldeado y muchos claman por la no violencia. Veremos quienes calientan más la olla de presión y hasta dónde y cómo los granaderos de Hiram Almeida, jefe de la policía capitalina, los contiene sin echarle más fuego a la hoguera.
En el frente azul y amarillo, Miguel Ángel Mancera llama a los tres suspirantes a sucederlo, a sumarse al proyecto del triunfador. Y dice que nadie debe sorprenderse con el resultado. Es de señalarse que una encuesta, realizada por un diario de circulación nacional, muestra que Alejandra Barrales y Salomón Chertorivski mantienen una cerrada pelea y está sólo puede definirse con el dedo del gran elector.
La ex lideresa del PRD dijo al respecto que el estar al frente es el reconocimiento que «la gente hace a mi trabajo, estos datos confirman que soy la de mayores atributos». Triunfante la perredista no alcanza a percibir el rechazo de una buena parte de la ciudadanía, de personas que preguntan ¿quiénes la reconocen y cuáles son sus atributos? Chertorivski, por su parte, se muestra contento con el avance que registra y asegura respetará el resultado.
Así o más dibujado el escenario, donde el gran elector será sólo uno, como lo ha sido en los otros partidos: López Obrador optó por Claudia Sheibaum, Meade por Mike Arriola, y ahora, Mancera por Barrales, salvo que las razones, y no las emociones, imperen.
Así la partidocracia y nuestra democracia inducida por el dedo divino.
Pero una vez librado el proceso interno del llamado Frente, el siguiente obstáculo luce imposible de salvar. La lucha contra Morena por la administración de la gran capital del país parece insuperable. Si bien es cierto que el PRD lleva más de 20 años gobernándola, con cuatro integrantes de sus filas, hoy debe considerarse que no es el mismo PRD, que ésta organización política se encuentra inmersa en plena descomposición y pulverización de sus filas.
Pero más aún, ni Alejandra ni Salomón tienen los tamaños de Cárdenas, Ebrad, López Obrador y mucho menos la simpatía que despertó en su momento el mismo Mancera, quien logró acumular un enorme capital político, hoy reducido a mera morralla, aun así le alcanzará para imponer su decisión por encima de la dirigencia de un diezmado PRD.
No creo que la estructura del PRD en la ciudad de México, importante en algunas delegaciones, ni la figura de su candidato (a), como tampoco la inercia de las últimas cuatro elecciones, les alcance para parar el vertiginoso y sorprendente crecimiento de Morena y su candidata, Claudia Sheinbaum.
Así, es de esperarse un encontronazo entre las “izquierdas” capitalinas del cual saldrá mejor parada la morenista Sheinbaum, con todo y la andanada que le recetan, un día sí y otro también, por el caso del colegio Rébsamen. Los morenos no sólo ganarán el gobierno central, sino le arrebatarán algunas demarcaciones a los perredistas.
De Mike Arriola poco que decir, es enjundioso y luchón como jugador de Jai Alai, pero apenas y se da a conocer, le aplaudo que diga pondrá en orden a las inmobiliarias y autoridades capitalinas para poner fin a la corrupción imperante en el boom inmobiliario, pero hasta ahí. No crecerá como para ser un sólido contendiente
La lucha en serio y a muerte inicia mañana, cuando se sepa quién es el ungido (a) del PRD y cómo las tribus, aún existentes en el sol azteca lo reciben y apoyan.