Abanico
Los vencedores del tiempo
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Cuando Rosa María Campos nos califica como los vencedores del tiempo. Y lo hace con tal puntualidad y brevedad, que nos hizo recordar un consejo del Papa Francisco a curas, obispos y arzobispos, durante su audiencia semanal.
Les ordena, bueno les recomienda, restringir a diez minutos, como máximo, sus sermones. Y les dice la razón:
“Cuántas veces vemos que en la homilía algunos se duermen, otros charlan o salen a fumar un cigarrillo. Por eso, por favor, que sea breve pero bien preparada”.
Así, parece que lo escuchó nuestra colega amiga, y lo aplica en el siguiente texto. Breve.
“El Fondo Monetario Internacional considera que existe “riesgo de longevidad” por lo propuso reducción de pensiones y aumento en los años de trabajo
Así la situación, solo falta que el FMI meta su nariz en las cuestiones amorosas de los viejos y declaré “riesgo de longevidad” enamorarse, después de los 60 años”. Eso resultaría inaceptable porque:
Después del medio siglo, el amor recorrió caminos, dobló esquinas y optó por encrucijadas…
Erró, acertó, resbaló, se arrepintió e inevitablemente el tiempo se fue…
Se vivió el amor, se perdió el amor, alguno por designio divino, otros por el debilitamiento de la vida en pareja, pero en un adulto mayor la mirada en dirección del amor aún brilla.
En el largo camino de los sentimientos, los viejos aprendieron a sumar, a dividir y a multiplicar, sin oportunidades de disminuir en el conocimiento del sentimiento del amor.
Por ello la caminata amorosa entre dos longevos es más serena, con mayores logros y más complicidad.
El cariño es para ellos más espontáneo, no se inhibe frente al querer. La sintonía es más completa.
Y por último enamorarse de viejo trae consigo el deseo de no equivocarse, porque el amor llega despacio, sin tiempo para acabarse. Taca,[email protected].
Además tiene razón al calificar a los viejos como los vencedores del tiempo.