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CIUDAD DE MÉXICO, 25 de febrero de 2018.- En una “medida sin precedentes”, la Basílica del Santo Sepulcro fue cerrada de forma indefinida por los líderes cristianos de Tierra Santa para protestar contra los “cobros escandalosos” que pretende realizar el alcalde de Jerusalén; y una ley de expropiación que discutirá el Parlamento, en lo que “parece ser un intento de debilitar la presencia cristiana”.
De acuerdo a la Agencia Católica de Informaciones, la basílica, donde según la tradición se encuentra la tumba de Jesús, fue cerrada a partir del mediodía de este domingo hora local. Fuera de sus puertas se encontraban el Custodio de Tierra Santa, padre Francesco Patton; el patriarca de Jerusalén, Theophilos III; y el patriarca Armenio de Jerusalén, Nourhan Manougian.
En un comunicado conjunto, los tres líderes que compartieron la administración del lugar santo denunciaron “la campaña sistemática de abusos contra las iglesias y los cristianos”, y que ha alcanzado “su punto álgido ya que se está promoviendo un proyecto de ley discriminatorio y racista que apunta únicamente a las propiedades de la comunidad cristiana en Tierra Santa”.
La prensa internacional informó que el comunicado se refiere al proyecto de ley que permitiría al Gobierno de Israel expropiar terrenos a la Iglesias Católica y Ortodoxa.
“Este aborrecible proyecto de ley está listo para avanzar hoy en una reunión de un comité ministerial que, de aprobarse, haría posible la expropiación de las tierras de las iglesias. Esto nos recuerda todas las leyes de naturaleza similar que se promulgaron contra los judíos durante los períodos oscuros en Europa”, denunciaron.
Además, indicaron, están los “avisos de cobro escandalosos y órdenes de confiscación” emitidos por el municipio de Jerusalén “por supuestas deudas de impuestos municipales punitivos”.
Los líderes religiosos señalaron que esta “campaña sistemática y ofensiva” viola “los acuerdos existentes y las obligaciones internacionales que garantizan los derechos y los privilegios de las Iglesias, en lo que parece ser un intento de debilitar la presencia cristiana en Jerusalén”. “Las mayores víctimas en esto son aquellas familias empobrecidas que se quedarán sin alimentos y vivienda, así como los niños que no podrán asistir a la escuela”, denunciaron.
En ese sentido, señalaron que “como una medida de protesta, decidimos tomar este paso de clausura sin precedentes de la Iglesia del Santo Sepulcro”.