De norte a sur
La pelota
Antes una moraleja: En la necesidad se demuestra la amistad.
Humberto y Facundo eran amigos. Un día, de vacaciones, en un bosque, vieron un oso que venía hacia ellos.
Naturalmente, ambos estaban asustados. Humberto, que sabía cómo trepar a los árboles, subió a uno rápidamente. No recordó que su amigo no tenía ni idea de cómo escalar un árbol
Facundo, no se amilanó y recordó que había oído que los animales no atacan los cadáveres, por lo que se tiró al suelo. Con tuvo el aliento, y se hizo el muerto.
El oso lo olfateó, pensó que estaba muerto y siguió su camino.
Humberto. Bajó del árbol le y preguntó a Facundo: «¿qué te susurró el oso?» Y le respondió:
«El oso me pidió que me mantuviera alejado de amigos como tú».
Y ahora la pelota:
¿Cómo fue tu juego de golf, querido?» preguntó su esposa a Héctor.
«Bueno, iba bastante bien, pero mi vista se ha puesto tan mal que no pude ver dónde estaba la pelota».
«Bueno, ya tienes muchos años, ¿por qué no te llevas a Gustavo tu hermano?» sugirió su esposa.
«Pero si tiene 83 años y ni siquiera juega al golf», protestó Héctor.
«Pero tiene una vista perfecta. Podía localizar tu pelota», señaló su esposa.
Al día siguiente, Héctor comenzó a jugar. Gusi observaba la pelota. Que desapareció por completo.
«¿La viste?». «Sí», le respondió. «Bueno, ¿dónde está?» Gritó.
¡Ya se me olvidó!