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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de marzo de 2018.- «Como autoridad electoral de la Ciudad de México, la juventud es nuestro objetivo y centro de atención, pues no es fácil que más de un millón de personas estén en la lista nominal y no podamos comunicarnos con ellos, pues juegan un rol destacado dentro de la sociedad y la importancia de su voto es fundamental en el proceso electoral», indicó la consejera electoral del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), Myriam Alarcón Reyes.
Durante la presentación de Cartas a una joven desencantada con la democracia, escrito por José Woldenberg Karakowsky y publicado por la editorial Sexto Piso, en el marco del Segundo Circulo de Reflexión del IECM, se añadió en un comunicado, la consejera electoral sostuvo que “más allá de referirnos a las juventudes como el futuro de nuestro país, hay que referirnos como el presente, porque su actuar se manifestará en el tránsito de la democracia en nuestro país”.
Consideró que es importante lo que el autor transmite en su obra, pues refleja una fantástica forma de presentar la realidad en torno a la democracia.
Al hablar de su libro, José Woldenberg expuso que la idea de este texto es muy sencilla, pues sólo hay que distinguir qué es aquello que se debe preservar, lo que hay que reformar y lo que se debe desterrar de la democracia.
Lo que el libro hace, dijo, “es tratar de explicar cuál es la superioridad política y moral de la democracia en relación a cualquier otro sistema de gobierno; es decir, contrastar a la democracia contra los autoritarismos, las dictaduras, los totalitarismos o las teocracias. Por qué la democracia es mejor, por qué se supone que en democracia la superioridad política puede expresarse, recrearse, convivir y competir de manera institucional y pacífica”.
Sin embargo, consideró que hay un desencanto en relación a la vida política mexicana y hacia los instrumentos que hacen posible a la democracia; muestra de ello es la fama pública de políticos, partidos, congresos y gobiernos que es muy baja, lo que genera un malestar hacia esas instituciones y sujetos, sin los cuales no hay democracia posible.
Reiteró que dicho malestar tiene “nutrientes” muy profundos, los cuales están señalados en todo el libro y que desgastan a las incipientes rutinas democráticas de este país.
Algunos de los “nutrientes” que José Woldenberg analiza son la corrupción y la espiral de violencia, el déficit de crecimiento económico, el horizonte desalentador para los jóvenes que se integran al mercado de trabajo y el tema de la desigualdad social, entre otros.
En conclusión, sostuvo que la idea del libro es llamar la atención, y “preguntarnos qué quieres para México en los próximos 15 o 30 años, que haya elecciones, partidos, un Congreso en donde la pluralidad política esté presente, un Presidente acotado por otras instituciones republicanas y seguir viviendo fenómenos de alternancia, porque eso hay que preservarlo y fortalecerlo”.
Al comentar la obra, la periodista Elisa Alanís sostuvo que la obra invita a fortalecer lo que se ha logrado y desterrar lo que no funciona; como lo menciona el autor, la pobreza y la desigualdad, el estancamiento económico, la corrupción y violencia. Agregó que es un texto con reflexiones sobre la vida política mexicana y acerca de grandes pensadores de la historia del país y el mundo, que deja la tarea de seguir investigando.
La directora de Fuerza Ciudadana A.C., Gloria Alcocer Olmos mencionó “que no todas las personas jóvenes están inmersas en su celular en Facebook o Twitter, éstas participan y están en la calle, trabajan, son madres y padres; ser joven en este país y esta ciudad es de los 12 a los 29 años. Dejemos de decir que la juventud está desencantada, pues es toda la ciudadanía la que sufre dicho desencanto”.
Aseguró que las y los jóvenes también participan como funcionarios de casilla, como observadores electorales y son piezas clave de una vida en democracia.
Y el consejero presidente del IECM, Mario Velázquez Miranda, indicó que al leer el libro se advierte que las instituciones perdieron el rumbo en la forma de comunicar los principios, fines y actividades que se desarrollan. Además, dijo que se tiene una forma de comunicación que se pierde y eso genera desconfianza.
Advirtió que es necesario comunicar con eficacia que las elecciones están en manos de la misma ciudadanía, en donde su participación es definitiva. “El trabajo de los institutos electorales es poner los instrumentos para que el día de la jornada las y los ciudadanos puedan emitir su sufragio en libertad, que sepan que quienes reciben y cuentas sus sufragios son sus propios vecinas y vecinos, no los servidores públicos de los órganos electorales, son ellas y ellos quienes logran que la transición del poder se lleve en paz y libertad”.