Acusa Sebastián Ramírez hackeo de la oposición al equipo de Morena
CIUDAD DE MÉXICO,. 23 de abril de 2018.- Así vieron el primer debate presidencial los articulistas de Quadratín México.
Carlos Howard/ articulista
¡Como los tres Mosqueteros!
¡Todos para uno y uno para todos! Sí, tristemente es lo que vimos todos los mexicanos en el debate. Los candidatos independientes Margarita Zavala y Jaime Rodríguez; el de PAN-PRD-PT, Ricardo Anaya y el del PRI-Verde, José Antonio Meade se enfocaron en criticar a Andrés Manuel López Obrador y éste, a diferencia de lo que muchos esperaban, no respondió, por prudencia, por estrategia o porque simplemente no tenía forma de debatir.
Propuestas estructuradas al principio, después reiteraciones y enfrentamientos contra un enemigo común, Amlo, pero también un enfrentamiento entre Anaya con Zavala o Anaya y Zavala contra Meade, y el Bronco mucho más prudente aunque con una propuesta de militarización en las escuelas y de cortarle las manos a los corruptos, que no resuelve en nada los problemas torales de México.
Pero lo que sí pudo visualizarse a lo largo del debate, es que si bien cada uno hizo sus propuestas, algunas coincidentes, es que los enfrentamientos de Zavala y el Bronco hacia José Antonio Meade fueron muy aisladas, lo que muchos ven como una futura alianza entre estos tres candidatos para empujar la candidatura quizá del propio Meade.
Jesús Sánchez/articulista
El Rincón del Chamán y el Debate entre Presidenciables
La elección presidencial no está definida aún como nos lo han hecho creer las encuestadoras, es la primera impresión que deja un palomero encuentro entre los candidatos que no defraudó a la audiencia pues estuvo muy entretenido y por ello fue positivo, aunque hay que decirlo, Andrés Manuel López Obrador descubrió que no está solo.
Entre el intercambio de acusaciones, se colaron algunas propuestas interesantes pero lo evidente fue que a José Antonio Meade le costó mucho trabajo mantener la atención; Ricardo Anaya demostró que es bueno en la discusión y la libró; Jaime Rodríguez hizo un papel cumplidor y Margarita Zavala la sufrió pero no pasó del quinto sitio.
A ratos AMLO desapareció de la escena, dejó muchas preguntas sin responder y al final, abandonó el foro, solo y sin despedirse de nadie.
Sin duda, debe reconocerse que los tiempos están cambiando por el alcance en la transmisión en redes sociales en tiempo real, impensable hace seis años. Y los 238 mil tuits generados en las dos horas de transmisión.
Javier Velázquez/ articulista
¿Quién ganó el debate? ¿quién lo perdió?, son las preguntas inevitables que surgen después del esgrima verbal de este domingo por la noche entre los cinco aspirantes a la Presidencia de la República. Ricardo Anaya y José Antonio Meade se colocaron al frente de este debate, de manera muy pareja, mientras que Andrés Manuel López Obrador se puede definir cómo el gran perdedor, por el primer lugar en las encuestas que ha ocupado.
Sn embargo, el verdadero perdedor del debate es la ciudadanía, porque el formato televisivo del debate no permitió un espacio garantizado para que los candidatos ofrecieran exclusivamente un espacio para difundir sus propuestas de campaña, sin incluir ataques en contra de sus adversarios. En esto, el primer debate quedó mucho a deber a los ciudadanos.
Considero que debido al debate López Obrador deberá resentir una ligera baja en la intención del voto, pero nada de qué preocuparse para el tabasqueño, que mantendrá su primer sitio. Esos puntos reducidos que cederá AMLO en las preferencias de los electores serán ganados por Anaya y Meade, pero no les serán suficientes para desbancar a Andrés Manuel del primer lugar.
Como se estimaba, la mayor parte de los candidatos enfocaron su ataques en contra del puntero, López Obrador, aunque este lo quiso hacer aparecer como la consabida conspiración de la “mafia del poder”, del PRIAN.
El debate fue más una secuela de los ataques personales que realizan los candidatos diariamente, que la difusión de las propuestas que servirían para cambiar a nuestro país. Esto es lamentable para los mexicanos.
En el debate vimos a un López Obrador evasivo y poco hábil para sortear los ataques de sus adversarios, incluidos Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, que también aprovecharon para obtener ganancia de su aparición pública, pero en menor medida los beneficios que obtendrán Anaya y Meade.
Fernando Ramírez de Aguilar L/ articulista
Los cinco candidatos a la Presidencia de la República estuvieron de acuerdo en que se debe de instaurar la segunda vuelta para darle certeza a la gobernabilidad y salvo Margarita Zavala y José Antonio Meade, los otros tres estuvieron a favor de la revocación del mandato, cada dos años, y para ello se debe construir una ley para legalizar el referéndum. Por lo demás, la mayoría de las propuestas dejaron muchas dudas, porque los candidatos no explicaron los cómos.
Por ahora, más que la propia propaganda de cada uno de los candidatos y las encuestas pagadas digan quien ganó el debate, lo que es cierto, es que Andrés Manuel López Obrador, no sabe responder de manera contundente, toda la basura que le arrojaron sus oponentes. Eso de la mafia del poder no se lo creen ni sus propios enemigos. Y en cuanto al tema de seguridad, los cinco candidatos, demostraron que no tienen las respuestas a un problema tan complejo, como lo es también la violencia.
Salvador Guerrero Chiprés/articulista
AMLO sintió que no tuvo necesidad de responder, por su ventaja, a ciertos planteamientos precisos y no ve afectada su ventaja más allá de un punto porcentual; sincero, consistente con su retórica, ligeramente impreciso y omiso y con una oportunidad de aprender a mirar al reloj; Anaya con poca credibilidad pero gran precisión y mejor organización de sus ataques pero es obligado a distraerse por los ataques de Meade y Zavala; ni Anaya ni Zavala se benefician significativamente; el formato privilegia las intervenciones de los conductores pero no facilita premiar las habilidades de los competidores por el poder; Zavala puede crecer un par de puntos y Bronco ninguno.
Guillermo Correa/articulista
Quizás con un formato nuevo que tenderá a ser mejor, el primer debate presidencial permitió reconocer la importancia del buen desempeño de los moderadores que con sus preguntas se notaron realmente duros y, contra lo que se suponía, exhibieron a todos los aspirantes en lo que más les duele: sus propios hechos. En principio se cumplió la expectativa de que todos le iban a echar montón a Andrés Manuel López Obrador quien –sin ensayar como los otros—se mostró más sereno que nunca en circunstancias parecidas. Todos bien presentados en el vestir, populistas en su hablar sin excepción y coincidentes en sus ataques de que ninguno escapa a los errores cometidos durante su pasado político. Con seguridad, el encuentro va a confirmar que AMLO crece, Ricardo Anaya se esforzó y que acabó con hundir a José Antonio Meade Kuribreña, al PRI y a sus partidos satélites, que se notó como siempre: inteligente y opaco.