Historias Surrealistas
Crisis hídrica y los cobros excesivos por el agua.
La captación y el abasto de agua para una ciudad tan grande y sedienta, como lo es la capital de la república, es un problema mayor y que podría traducirse en un fuerte colapso. No es desconocido que muchos de sus mantos acuíferos, de donde se obtiene casi el 70 por ciento de su captación y abasto, están siendo dañados por la fuerte presión que significa la tala de los bosques y el avance de la mancha urbana. Tampoco es desconocido que el otro 30 por ciento que proviene del sistema Cutzamala es afectado por falta de mantenimiento. La gran obra hidráulica, que debe bombear hasta más de 2000 metros de altura el vital líquido, debe estar en constante observación para su eficiente operación.
De ahí que no es excesivo mencionar que se nos avecina una crisis hídrica, pues tampoco hemos podidos desarrollar tecnologías para aprovechar las aguas provenientes de las lluvias y su almacenamiento.
Sin embargo, lo que más ha afectado el abasto de agua en diversas delegaciones y colonias del Valle de México, fundamentalmente la ciudad capital, es el crecimiento anárquico y vertical de los inmuebles en condominio o aquellas edificaciones de doble propósito, es decir tanto multifamiliares como comerciales. Gigantescas construcciones que se multiplican por diversas partes del paisaje urbano y que demandan cientos de miles de litros para la demanda de sus ocupantes.
No hay que olvidar también que el agua ha sido utilizada como botín político y que en diversas ocasiones las autoridades capitalinas, entonces encabezadas por Miguel Ángel Mancera (de triste recuerdo), acusaron a sus contrincantes de cerrar las válvulas para dejar sin servicio a miles de usuarios con el fin de crear inconformidad y provocar movilizaciones. Los hechos se escenificaron en delegaciones que disputan perredistas y morenos.
Lo innegable es que el agua potable para uso doméstico es un recurso vital que se agota y sin el cual es imposible la vida. Cuando llueve la desperdiciamos y se va por las alcantarillas, sino es que nos inunda.
Hoy los usuarios deben enfrentar otro dilema más, amén de su abasto. El cobro por el suministro del transparente líquido, que se ha tornado excesivo por no decir abusivo. Todos los involucrados en el gobierno capitalino se echan la bolita y ninguno es capaz de responder a los reclamos de los cobros exorbitantes, muchos de los cuales no sólo se han duplicado, sino hasta triplicado en éste cierre de administración perredista. ¿Será que los amarillos actuales saben que perderán ante los Morenos, encabezados por Claudia Sheinbaum y quieren sacarnos hasta la sangre, la vida, a través del cobro del agua?
Les platico. A inicios de junio pasado, un técnico del Sistema de Aguas de la Ciudad de México nos convenció de las bondades de que instaláramos medidores individuales y pagáramos solamente lo que consumíamos por departamento. Así lo hicimos los condóminos del edificio que habito, para no pagar en forma de prorrateo y que se reflejaran los consumos reales de cada quien en el recibo. Nos informaron que los resultados se reflejarían en el segundo bimestre. Pero no fue así. Llegaron los cobros de los tres bimestres siguientes y anda. Posteriormente y por extrañas razones que ellos argumentan, sólo tres de los diez medidores colocados fueron “dados de alta”, así que el prorrateo se hizo entre siete departamentos de los diez con el consecuente aumento de la tarifa a los tres restantes departamentos, hasta de un 100 por ciento.
Cada uno de los condóminos acudímos a las oficinas de la SACMEX para inconformarnos. En mi caso aceptaron que había un error que se corregiría a la brevedad. Han pasado ya nueve meses y el error ahí continua, sin subsanarse y con los cobros exorbitantes. Los supervisores vienen a medir pero no se refleja en el recibo. Los cobros siguen siendo altísimos y la llamada “dada de alta del medidor” parece una broma de mal gusto, pues pareciera que cado uno nosotros llenara una alberca al mes.
Por si fuera poco lo tienen a uno brincando de una oficina a otra, en un constante peregrinar. En una aceptan la culpa del error, en otro lo señalan a uno de estar equivocado y le exigen que lleve hasta las escrituras para que pase la reclamación, con la advertencia de que hay que pagar y nada es retroactivo ni ajustable. O sea pagas porque pagas, sino viene de por medio la amenaza del corte del servicio.
No está de más recordar que casi millón y medio de capitalinos no tienen acceso regular al agua potable por lo que “es necesario eliminar la mentalidad extractivista y avanzar en el tratamiento de aguas para recuperar sus ciclos. Es decir almacenar la lluvia en presas o pequeños lagos y abrir información sobre los mantos freáticos”, expusieron recientemente académicos y especialistas, durante la sesión “Hacia un manejo sostenible del agua Diagnóstico y propuestas de política pública”.
En el evento efectuado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde el tema del agua forma parte de su Agenda Ambiental 2018, coordinado por el Seminario Universitario sobre Medio Ambiente, el especialista Pedro Moctezuma Barragán, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dijo que en materia de agua vivimos en un paradigma insustentable, pues urge recuperar los ciclos de este recurso dentro de la Cuenca del Valle de México con estrategias claras como la gestión de servicios hídricos ambientales y el acceso equitativo, pues por lo menos un millón 443 mil habitantes de la Ciudad de México no tienen acceso regular.
El objetivo de este documento es que se asuman los problemas ambientales como prioridades nacionales. Está dirigido a la sociedad en general, a los aspirantes a la Presidencia de la República, a los candidatos a las 13 gubernaturas que se renovarán incluida la jefatura de gobierno de la CDMX así como a tomadores de decisiones locales y federales. En dicho foro los académicos llamaron la atención sobre la crisis hídrica existente y que deberá tomar en cuenta quien gobierne la ciudad.
En dicho sentido, los usuarios, los ciudadanos de a pie exigimos cuentas claras y ajustes a los cobros indebidos.
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