Abanico
Segundo debate ¿otra andanada?
Con una moderadora cuestionada en las redes –Yuridia Sierra columnista del periódico Excélsior–, se anuncia el segundo debate de los presidenciables, que aunque según el Instituto Nacional Electoral (INE) tiene un formato diferente, no augura nada nuevo respecto del primero. Se incluyen preguntas ciudadanas, pero dada la calidad de los dos moderadores –la señora Sierra es antipeje y León Krauze es hijo de un furibundo opositor de AMLO, Enrique Krauze– vaticina una gran faramalla, sin moderadores imparciales. Es cierto que puede ser una tribuna para dar a conocer y aclarar posiciones, pero es muy relativo. Supuestamente los ciudadanos que han sido seleccionados para hacer las preguntas son neutrales, pero si esa neutralidad es similar a la de los moderadores, no se espera nada bueno para el 20 de mayo en Tijuana fecha y lugar cuando y en donde se desarrollará el nuevo encuentro. Se prevé que las uñas afiladas de los otros cuatro candidatos que se lanzaron contra el puntero en el primer debate, van preparadas para mejor asalto. Después del affaire Ricardo Alemán, al que algunos han defendido con el entusiasmo gremial que no aplican para exigir justicia para los periodistas asesinados, agredidos y mal pagados, ayer iba en vías de viralidad, el comentario hecho por la presunta moderadora señora Sierra, en noviembre de 2016, en el que invoca a Lee Harvey Oswald el asesino de Kennedy –supuestamente contra Trump–, quien, según agrega, no está cuando se le necesita. A final del comentario pone: O k, No. El comentario sugiere lo mismo que planteó Alemán para animar a los llamados chairos a matar, aunque unos meses antes ¿Puede alguien –se interrogó en redes–, que ejerce un liderazgo público informativo así sea de cualquier calidad, exhibir una incitación y apología del delito como lo hace la mencionada y de paso, ser una representante de medios y ciudadanía -porque eso es finalmente-, en el próximo debate? El INE debería de intervenir, aunque solo se ha conseguido de Lorenzo Córdova su consejero presidente, un tibio llamado para que el proceso llegue a buen puerto.
Quinteto en Tijuana y los recuerdos de Vázquez Montalbán
En más 20 libros intervino el inspector Pepe Carvalho en las obras de Manuel Vázquez Montalbán. Es cierto que el crítico catalán Ricardo Bada dijo en su momento que Carvalho «está muy lejos de Phillip Marlowe –el detective de Raymond Chandler– y más cerca de Mortadelo y Filemón», los españoles se siguen sintiendo orgullosos del gran escritor de suspenso, barcelonés. Quinteto de Buenos Aires (Editorial Planeta 1998), es una larga novela que trasladó a Vázquez Montabán a un país que según críticos argentinos no tiene nada que ver con la descripción que hace el español. Entendible si los europeos y otros confines, nos siguen viendo a los latinoamericanos como en las viejas historias y los esquemas que ellos mismos crearon. Por eso para ellos ese país es Maradona y el tango y ahora un tipo infumable apellidado Macri, mientras los mexicanos somos esos personajes sentados a la sombra de un nopal, felizmente dormidos. La historia que presenta Carvalho –varias historias–, exhiben no obstante el compromiso que tenía Vázquez Montalbán, porque lo situó en el marco del problema de los desaparecidos en la dictadura militar, mientras busca a un desaparecido propio, su primo Raúl. En 522 páginas, el lector vive todas las historias, las muchas anécdotas de Carvalho y su sentido ácido del humor. Me gusta y en otra ocasión lo he mencionado, cuando a su llegada a la ciudad le pide al taxista que lo conduce que lo lleve al edificio de Corrientes 3 4 8. El chofer lo lleva, pero ahora es una placita en donde crece airoso, en pleno centro, un ombú. Cambios de los tiempos que el barcelonés- muerto en. 2003 en Bangkok, Tailandia -todavía alcanzó a ver. Carvalho sigue vivo y lo podemos seguir en las muchas novelas que Montalbán dejó.