Descomplicado
No es lo mismo
Tiene toda la razón la doctora Dalia Martínez Serrano. No es lo mismo estar deprimido, que distraído. Y nos lo revela con una poesía de Facundo Cabral.
“No estás deprimido, estás distraído,
Distraído de la vida que te puebla.
Distraído de la vida que te rodea:
Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano,
Que sufre por un ser humano cuando en el mundo
Hay 6000 millones.
Además, no es tan malo vivir solo.
Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer,
Y gracias a la soledad me conozco;
Algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre,
Que se siente viejo porque tiene 70 años,
Olvidando que moisés dirigía el éxodo a los 80 y
Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los 90.
Sólo citar dos casos conocidos.
No estás deprimido, estás distraído,
Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible,
Porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo
Pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas.
Te aliviana para que vueles más alto,
Para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba es una escuela,
Por eso lo que llamas problemas son lecciones.
No perdiste a nadie, el que murió simplemente
Se nos adelantó,
Porque para allá vamos todos.
Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
¿Quién podría decir que Jesús está muerto?
No hay muerte: hay mudanza.
Y del otro lado te espera gente maravillosa:
Gandhi, Michelangelo, Whitman, san Agustín, la madre Teresa, tu abuela y mi madre,
Que creía que la pobreza está más cerca del amor,
Porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas,
Y nos aleja porque nos hace desconfiados.
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama,
Está benditamente condenado al éxito, que llegará
Cuando deba llegar, porque lo que debe ser será,
Y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación
Ni por compromiso, sino por amor.
Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible.
Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida,
La que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer
Y mi hija; la que me mantuvo vivo
Cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.
Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo.
A ti debes hacerte libre y feliz,
Después podrás compartir la vida verdadera con los demás.
Recuerda a Jesús:
«amarás al prójimo como a ti mismo».
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo
Y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de dios;
Y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad
Es una adquisición.
Además, la felicidad no es un derecho
Sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando
A todo el barrio. Un sólo hombre
Que no tuvo ni talento ni valor para vivir,
Mando matar seis millones de hermanos judíos.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso
Por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo.
Tenemos para gozar la nieve del invierno
Y las flores de la primavera, el chocolate de la perusa,
La baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno,
Los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros,
Las mil y una noches, la divina Comedia, el quijote, el pedro páramo,
Los boleros de manzanero y las poesías de whitman, mäiller,
Mozart, chopin, beethoven, caraballo, rembrandt,
Velásquez, picasso y tamayo, entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas
Y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo.
Que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño,
Tengo ganas, tengo razón, tengo dudas…
Y si le ganas, serás más humilde, más agradecido,
Por lo tanto, fácilmente feliz.
Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad,
Y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente
Como debe ser.
No estás deprimido, estás desocupado.
Ayuda al niño que te necesita,
Ese niño será socio de tu hijo.
Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.
Además el servicio es una felicidad segura,
Como gozar a la naturaleza y cuidarla
Para el que vendrá. Da sin medida y
Te darán sin medidas.
Ama hasta convertirte en lo amado,
Más aún hasta convertirte en el mismísimo amor.
Y que no te confundan unos pocos homicidas
Y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota
Porque es silencioso, una bomba hace más ruido
Que una caricia, pero por cada bomba
Que le destruyan hay millones de caricias,
Que alimentan la vida”.
Tiene razón la fisioterapeuta Dalia: ni deprimido. Ni distraído. Ni desocupado. Pero sí, agradecido.