Frente a la guerra/Felipe de J. Monroy
De los desmembrados a las persecuciones entre policías y malandros.
La semana inició con la horrenda aparición de dos cadáveres de jóvenes totalmente desmembrados. Sus restos fueron esparcidos en la principal arteria de la capital, Insurgentes Norte a la altura de Tlatelolco. Uno de ellos fue desollado y el rostro le fue arrancado del cráneo, sobre el tronco de uno de los hombres, no mayor de 18 años, un mensaje de advertencia contra la banda rival. La guerra entre narcomenudistas asociados con poderosos Cárteles de Morelos, Guerrero y Jalisco asomaba a plena luz del día.
La tantas veces negada presencia de las bandas del crimen organizado en la capital del país, dejaba ver su rostro más cruel con un violento ajuste de cuentas. No el primero, pero sí el más horrendo. Días antes una joven pareja, él de 24 años, ella de 17, fue alcanza por jóvenes sicarios en la delegación Benito Juárez y ultimados a tiros. Los hechos se han ido repitiendo día tras día en una creciente espiral de violencia.
Antier nos sorprenden todos los noticieros electrónicos, como ayer los diarios con las noticias de balaceras y persecuciones que arrojaron seis muertos y 25 detenidos en enfrentamientos entre bandas de narcomenudistas antagónicas, y entre malandros y policías. Todo ello entre las delegaciones Coyoacán e Iztapalapa. Los hechos no deberían sorprendernos pues la presencia de los delincuentes de alta escuela se había sentido desde meses y hasta años atrás. Una presencia discreta pero perceptible. Una presencia negada una y mil veces por el entonces jefe del gobierno capitalino de triste recuerdo, Miguel Ángel Mancera, quien hoy en busca de un hueso que le brinde inmunidad.
La ciudad ya es presa del narcotráfico, posibles revendedores de los grandes Cárteles, pero que actúan con los mismos patrones que los poderosos de Sinaloa, Juárez, Tamaulipas o Jalisco. No sólo trasiegan la droga y la venden, sino que tienen sus ejércitos de halcones, sicarios y vendedores. Lo mismo venden que extorsionan y cobran derecho de piso. Un hecho que ha quedado en evidencia por el cierre de muchos comercios del Centro Histórico y denuncias de sus comerciantes organizados.
Por lo menos el responsable interino de la administración capitalina es más honesto y reconoce que los Cárteles de Jalisco, Morelos y Guerrero “son los que dotan de droga y armas a los grupos de narcomenudistas de la ciudad de México”. Trata de reconfortarnos al aceptar que tiene conocimiento de los mismos desde hace dos meses atrás.
Las impactantes notas en los principales diarios del país dan cuenta de que el pasado 19 de junio por la tarde noche:
“Una disputa entre narcomenudistas en Iztapalapa dejó un enfrentamiento a balazos con policías, 4 muertos, un herido y 25 detenidos. La violencia inició por la disputa de vendedores de droga que pelean ese territorios en los límites con la Delegación Coyoacán.
“Según registros policiales, un primer evento se registró alrededor de las 17:15 horas en la calle San Francisco, en la Colonia San Francisco Culhuacán. Ahí, dos jóvenes de 18 y 22 años de edad fueron baleados y fallecieron más tarde en un hospital privado.
“Tras recibir un reporte al 911, la Policía llegó al sitio e inició una persecución. Uno de los sospechosos, quien iba armado, fue detenido, mientras sus cómplices escaparon en un auto hacia Av. Taxqueña. Los agentes desplegaron un operativo para detenerlos y les cerraron el paso en Tláhuac y Jacobo Watt, en el Pueblo de Culhuacán.
“Los ocupantes del auto descendieron y enfrentaron a balazos a los policías. Dos atacantes fueron abatidos. La Procuraduría informó que, al llegar las grúas para retirar los vehículos, un grupo de motociclistas atacó a balazos a los policías. En ese enfrentamiento, uno de los agresores resultó herido.
“Los motoristas presuntamente pertenecen a una asociación de moto taxistas de la zona de Iztapalapa-Tláhuac. Tras el enfrentamiento, 25 personas fueron detenidas y se aseguraron 5 pistolas y 16 motocicletas”.
Otra nota señala que el trasfondo de ésta guerra es por “los ajustes de cuentas y la disputa por el control del narcomenudeo que sostienen Roberto Moyado, El Betito, líder de la Unión de Tepito, y Sergio Flores Concha, El Tortas, y que ha dejado como saldo, hasta el momento, personas descuartizadas y ejecuciones en varias delegaciones.
“Los dos personajes tienen su centro de operaciones en Tepito y cuentan con un grupo de sicarios que también cobran derecho de piso y venden droga”. De esta manera se ha ordenado el reforzamiento policiaco en el Centro Histórico. Se sabe también que los 80 mil uniformados con los que cuenta la policía capitalina, 40 mil ha sido re orientados a la lucha contra el narcomenudeo, además de aplicarse, por parte de la PJDCMX tareas de inteligencia.
Si a lo anterior le agregamos el crecimiento sustantivo de los crímenes perpetuados por la delincuencia común, no es exagerado decir que la ciudad está en jaque frente a la criminalidad, y esté es sin duda alguna el problema que más afecta a sus ciudadanos que demandan seguridad y una agenda muy puntual de parte de los candidatos para el combate de la violencia y la delincuencia.
Urge, el temor crece.