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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de junio de 2018.- Un día antes de la elección más grande en la historia de México, por el número de personas que podrán ejercer su derecho al voto, El País publicó tres columnas dedicadas a los candidatos por las coaliciones a la Presidencia de la República.
En la escrita por Javier Lafuente y titulada La incógnita López Obrador expone al candidato de Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, como el político más conocido de México y quien resulta ser toda una incógnita.
«Después de años de exposición pública, de meses de interpretar y juzgar sus silencios y respuestas ambiguas, la sensación de la inevitabilidad de su victoria ha despertado tanto entusiasmo como incertidumbre.
«La creencia de que el peligro para México es seguir con los desorbitados niveles de violencia, la corrupción y la impunidad choca con las dudas que genera el posible triunfo y la forma en que gobernaría Andrés Manuel López Obrador», detalla.
La escrita por Luis Pablo Beauregard y nombrada Ricardo Anaya, el hombre que dividió a la derecha para pactar con la izquierda indica que el apodado Joven maravilla de la política mexicana, este domingo, a sus 39 años de edad, pondrá a prueba su meteórica trayectoria como rostro de Por México al Frente, una alianza de partidos de derecha, izquierda y centro.
«La construcción del proyecto, inédito en México en una elección presidencial reciente, no fue fácil. Dividió al conservador Partido Acción Nacional (PAN) y funciona como el barco salvavidas del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), mermado por el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador en las encuestas.
«Anaya se juega gran parte de su futuro político y con muchos de sus adversarios deseándole la derrota para cobrar facturas», explica.
Y la de Sonia Corona, titulada José Antonio Meade, el candidato más preparado del partido más golpeado, expone que el aspirante de Todos por México salió de Palacio Nacional el 27 de noviembre de 2017 con la encomienda de regresar un año después como Presidente de México.
«Había sido elegido, contra todo pronóstico, como el candidato del PRI a pesar de que nunca había militado en sus filas. Esa fue la razón por la que Enrique Peña Nieto lo escogió y también el motivo por el que la campaña del partido del Gobierno se demoró en despegar.
«Tras un sexenio plagado de acusaciones de corrupción contra gobernadores priistas, Peña Nieto utilizó el viejo método del destapado para presentar a un tecnócrata y funcionario de toda la vida, de carrera impoluta y con reputación de honesto como garantía», detalla.
Y que los comicios de este domingo definirán si pesa más el candidato que el partido. Meade ha confiado su destino al PRI y correrá su misma suerte.