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CIUDAD DE MÉXICO, 10 de julio de 2018.- Cada vez se vuelve más común recurrir a los modelos obtenidos a través de impresiones tridimensionales para prepararse y planificar una cirugía, de acuerdo con el Doctor Karthik Balakrishnan, especialista en Otorrinolaringología Pediátrica de Mayo Clinic en Rochester.
Estos modelos de tamaño real y específicos a un paciente, pueden ser muy valiosos para los cirujanos, a medida que deciden cuáles métodos y técnicas serían mejores para una determinada cirugía. Los modelos son particularmente útiles en procedimientos raros, complejos o quizás nuevos. Estos modelos tridimensionales también desempeñan una función importante en la educación.
De acuerdo con un comunicado, los modelos son creados por una impresora que toma la información de las exploraciones por imágenes de los pacientes, como tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, para luego, capa por capa, producir un modelo tridimensional de la anatomía del paciente. El material de los modelos, normalmente, es plástico o algún tipo de polímero. En algunos casos, los modelos tridimensionales se crean con material blando para que los cirujanos practiquen la técnica quirúrgica primero en el modelo, método que aporta más exactitud al realizar el procedimiento mismo.
¿Cuáles son los beneficios de los modelos 3D?
El tamaño real de los modelos tridimensionales permite recrear la anatomía personal de cada paciente. Esto ofrece a los cirujanos la oportunidad de sostener con las manos y rotar los modelos para entender mejor cómo posicionar al paciente en la mesa quirúrgica durante la operación y determinar dónde deben hacerse las incisiones quirúrgicas. Además, hace posible que los cirujanos vean si hay otros métodos quirúrgicos diferentes, en los que quizás no pensaron o no consideraron factibles, cuando estudiaban el caso con las imágenes bidimensionales tradicionales. Al examinar los modelos tridimensionales, a menudo, se encuentran ciertas peculiaridades de la anatomía del paciente que alteran el rumbo de la cirugía.
Por lo general, esta tecnología se aplica en las cirugías que involucran la cabeza y el cuello, y es especialmente útil para planificar una reconstrucción compleja de la cara o de las vías respiratorias. Los modelos tridimensionales también se vuelven más comunes en otras cirugías diferentes, entre ellas, de corazón y pulmón, de reconstrucción articular y de resección tumoral.
Los modelos tridimensionales también desvanecen algunas incertidumbres que, de otra manera, serían parte del procedimiento quirúrgico, y el hecho de tener estos modelos facilita la comunicación entre el equipo quirúrgico. Los modelos tridimensionales también pueden servir como medios de enseñanza para quienes se capacitan quirúrgicamente y como ayuda para instruir al paciente, porque antes de someterlo a una cirugía, se le puede enseñar el modelo tridimensional de su anatomía. Ver un modelo anatómicamente correcto de su estructura interna le ofrece al paciente una idea mejor de qué sucederá durante la operación.
¿Cuáles son los incovenientes?
El proceso de impresión, es lento y puede resultar caro. Un modelo pequeño puede demorar 4 a 6 horas para estar listo y un modelo grande y complejo puede requerir hasta 24 horas. Cuando se usan estos modelos, también hay que contar con más tiempo para planificar y preparar el procedimiento quirúrgico, antes de llevarlo a cabo. No todas las organizaciones de atención médica tienen los recursos necesarios para ofrecer impresiones y modelos tridimensionales, aunque a medida que transcurre el tiempo, la tecnología se vuelve menos cara y más accesible. Sin embargo y de manera general, el potencial de los modelos tridimensionales de mejorar los resultados quirúrgicos es amplio y excede con creces a los inconvenientes.
El futuro de esta tecnología
Algún día, ojalá sea posible aplicar habitualmente esta tecnología para no solo producir modelos de la anatomía del paciente, sino también para fabricar estructuras a medida que puedan implantarse dentro de los pacientes durante las cirugías. Por ejemplo, una impresora tridimensional puede fabricar un estent que encaje con precisión dentro del corazón de un paciente, o producir una sonda endotraqueal hecha a medida para un paciente que necesita ayuda respiratoria a largo plazo. Al respecto, existen pocos informes sobre casos de estent con impresión tridimensional; pero en otros casos, la tecnología tridimensional ya ayuda a fabricar articulaciones artificiales y otros implantes personalizados. En resumen, el futuro de la impresión tridimensional en el campo quirúrgico luce bastante esperanzador.