Frente a la guerra/Felipe de J. Monroy
Morir sofocado en el auto
Era muy difícil que sobreviviera. Su pequeño cuerpo de había deshidratado por horas adentro de la camioneta que pudo haber alcanzado una temperatura de 65 grados centígrados, como un horno, que la consumió hasta que la pequeña, de apenas dos años, empezó a agonizar.
Este miércoles, 25 de julio, vecinos del fraccionamiento Valle Cañaveral de la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, caminaban despreocupados frente al automotor que estaba estacionado, sin que nadie se percatara del drama que sucedía al interior del vehículo.
Ahí se encontraba la pequeña Delaní N., quien había sido olvidada por sus padres, que bajaron del vehículo para dirigirse a su casa, sin percatarse que dejaban a su hija en una trampa mortal.
Durante estas semanas, en la canícula, periodo del verano de extremo calor que dura aproximadamente 40 días en diversas regiones del país, las temperaturas en Los Mochis han llegado hasta 45 grados centígrados.
En algún momento, alguno de los vecinos se dio cuenta que en el interior de la camioneta, de color negro, marca Blazer, se encontraba una niña. Sin pensarlo mucho, el vecino pidió la ayuda de otras personas y se dieron a la tarea de forzar la puerta para sacar a la pequeña.
Los vecinos llamaron a una ambulancia que trasladó a la niña a la clínica San Antonio, en donde recibió primeros auxilios, sin que los médicos pudieran hacer algo para que la pequeña se recuperara de la grave deshidratación que sufría y finalmente falleció.
Las investigaciones iniciadas por la policía municipal dieron como resultado que los padres, cuyos nombres no fueron dados a conocer a la prensa, cometieron el incalificable olvido de dejar a su hija adentro de la camioneta, a pleno rayo del sol, con los vidrios bajados, y el vehículo se convirtió literalmente en la tumba de Delaní.
Por supuesto, se abrió una pesquisa en contra de los padres de la niña fallecida.
La pequeña murió por sofocamiento y deshidratación provocados por la elevada temperatura alcanzada al interior de la camioneta, de hasta 20 grados centígrados más que en la calle, que era de 45 grados.
Esta clase de ‘olvidos’ de padres de familia que aparecen ante los ojos de la opinión pública como totalmente inhumanos, que para cualquier persona son incomprensibles e imperdonables, son más frecuentes de lo que se piensa.
Apenas, el 13 de julio pasado, en la ciudad de Chihuahua, la policía arrestó a dos padres de familia, Yuan W. y Ana Karen P., de 29 y 26 años de edad, respectivamente, acusados de poner en peligro la vida de su hijo, de seis meses de edad, a quien dejaron en el interior su auto, estacionado en la calle, mientras ellos ingresaban a un casino para apostar.
Su adicción al juego pudo más que su obligación de cuidar a su hijo, quien de manera instintiva lloró durante varias horas, situación que llamó la atención de vecinos que pasaban por la zona que hicieron una llamada al número telefónico de emergencia 911.
Los policías que llegaron al lugar abrieron la camioneta Hyundai, color negro, en donde se hallaba el pequeño en un porta bebé y procedieron a buscar a los padres, que despreocupados, apostaban en el interior del casino.
Mientras se inició proceso en contra de los padres por el delito de abandono de infante y lo que resulte, el pequeño fue trasladado a la Casa Cuna de Chihuahua, dependiente de la Procuraduría de la Defensa del Menor para que sea resguardada su integridad física.
Este tipo de abandono de infantes por olvido es un problema que ocurre prácticamente en cualquier parte del mundo. En México no se conocen estadísticas acerca de las muertes de menores de edad ocurridas en el interior de vehículos en donde son olvidados, pero en Estados Unidos se registra un promedio de 40 fallecimientos de ese tipo anualmente.
¿Cómo es posible que un padre de familia olvide a alguien tan importante, como es un hijo menor adentro de su propio auto poniendo en riesgo su vida? ¿Cuáles son los mecanismos mentales que permiten esto?
David Diamond, profesor de Psicología de la Universidad del Sur de Florida, lo explica de manera sencilla: «a la gente que le sucede esto es como si actuara en piloto automático. Actúa siguiendo sus patrones de conducta sin darse cuenta de lo que está haciendo».
Dice que en lo que se conoce como síndrome del bebé olvidado, el padre que deja a su hijo en su auto, en alguna tienda o en la escuela, no realiza comúnmente esa actividad con su vástago y, por lo tanto, no tiene consciencia incluso de que su hijo lo estaba acompañando.
Si los padres no durmieron suficiente o padecen cuadros de estrés, la situación se complica, porque su comportamiento se puede volver automático.
Si nunca transportan a su hijo y un día lo hacen, son capaces de olvidar que ese día llevan a su pequeño y dejarlo en la escuela sin regresar por él o dejarlo adentro de su auto.
Eso le sucedió a una pequeña en Eagle Pass, Texas, hija de un entrenador de deportes en una escuela preparatoria. Resulta que el hombre no tenía la costumbre de ir con su hija en el auto y de plano perdió la consciencia de que la llevaba en el vehículo.
El hombre trabajó más de 8 horas en la Eagle Pass High School, como siempre lo hacía. Cuando la madre, quien es profesora, se reunió con su esposo cayó en cuenta que su hija había permanecido todo ese tiempo en el vehículo con los vidrios bajados. Cuando la pareja llegó al vehículo fue demasiado tarde y su hija falleció sin remedio, por ese olvido tan aparentemente incomprensible.