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HUAJUAPAN, Oax. 4 de agosto de 2018.- A diferencia de lo ocurrido en la normal de Mactumatzá, en Chiapas, donde el director de la Escuela Normal, Conrado Borraz, fue detenido como probable responsable de los delitos de homicidio, en Oaxaca, la muerte de una estudiante normalista en la escuela de Tamazulapan quedó impune.
Las autoridades de esa época dieron carpetazo al caso como una muerte patológica, sin investigar más allá lo sucedido al interior de la Escuela Normal Rural de Tamazulpan.
Ni el entonces director general del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Germán Cervantes Ayala, ni el director de la Normal, Valerio Cruz Cervantes, fueron investigados como probables responsables de la muerte de la normalista.
El 19 de octubre de 2017, Lizbeth Noemí Escalante Pérez, de 18 años de edad, falleció por complicaciones médicas, síndrome de hipertensión endocraneal y hemorragia, entre otras causas, que pudieron evitarse de haber sido atendida en tiempo, según sus familiares.
En esa ocasión, Norma Elisa Escalante, hermana de la normalista fallecida, denunció las condiciones a las que fue sometida con trabajos pesados, a pesar de su condición de salud.
El vicefiscal de justicia en la Mixteca, Jorge Alberto Flores Sánchez, dijo que el caso de la muerte de la joven de nuevo ingreso a la escuela normal rural de Tamazulapan se cerró porque se dio por hecho que la muerte fue un asunto patológico.
En la Normal de Tamazulapan, las alumnas deben realizar actividades que van más allá de las tareas normales de aprendizaje en el manejo de granjas avícolas, porcícolas, lavandería, panadería, tortillería y aseo en general, tienen que tomar camiones, bloquear carreteras, botear y si no lo hacen son castigadas.
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