Descomplicado
Nuevo modelo de seguridad, ¿receta a la mexicana?
Por: Jesús Sánchez
Vayamos por partes. Por más vueltas que le damos al tema, no podemos imaginar cuáles serán los ingredientes de la mágica “receta a la mexicana” que nos permitirá atender las causas y efectos de la inseguridad y la violencia que en las últimas décadas le han robado la tranquilidad a los mexicanos.
Es como si se planteara algo así como borrón y cuenta nueva para enfrentar un monstruo del crimen que ha dejado una estela de muerte.
Porque más allá de la euforia del triunfo electoral, el arranque de los Foros para la Pacificación realizado la semana pasada en Ciudad Juárez, Chihuahua, lo que dejó fueron muchas preguntas y dudas ante una sociedad agraviada que espera justicia más que promesas renovadas.
Y no atinamos a adivinar cuáles serán esos ingredientes de la “receta a la mexicana” ante diagnósticos distintos a la realidad que enfrentan las víctimas de la violencia y de la pobreza.
Parece que además existen distintas apreciaciones y definiciones de lo que es la “Pacificación” de un país y que de acuerdo a reflexiones serias de académicos, la pacificación no puede aplicarse en un sentido estricto, porque en México no estamos en guerra.
Tampoco puede aplicarse el principio de la amnistía pues no existe el elemento de la confrontación del Estado con una guerrilla como en Colombia.
Y lo más difícil de comprender a menos que se le añada una pizca de credo religioso, es la petición a las víctimas de perdonar a sus victimarios, cuando lo que quieren es justicia.
Los mexicanos continuamos entre muchos fuegos, detonados principalmente por organizaciones de narcotráfico, la disputa de territorios, el crecimiento potencial de la fuerza del dinero y de las armas, con el fin de mantener el negocio de la producción y control del mercado de las drogas.
El mensaje de Alfonso Durazo es que se explorarán todas las propuestas para integrar algo así como una receta a la mexicana para la pacificación del país, lo que nos remite a fórmulas de las ciencias sociales cuya base es como los tamales chile, dulce y de manteca. Chan chan chan.
Por supuesto que el clamor de los mexicanos es que se atiendan las causas de la inseguridad, pero también que las víctimas tengan justicia. Lo cual no es ni será una tarea fácil.
Arranque con asegunes
Y estas dificultades se materializaron en el primero de los Foros para la Pacificación, pues además de las protestas a gritos de las víctimas que no están dispuestas a seguir viviendo de más promesas, las mesas de discusión lucieron vacías.
Las crónicas y las transmisiones en redes sociales en tiempo real mostraron el desinterés en esas mesas que se convirtieron en desangeladas asambleas de militantes de Morena. No más. Al rato hablarán de conclusiones respaldadas por… nadie.
Estas notas sirven para ir hacia una inquietud más de fondo, la justificación de medidas por el clamor de las urnas: ¿será que en nombre de los votos de 30 millones de mexicanos se tomarán medidas que resultarán costosas ocurrencias? Es pregunta.
Porque lo más fácil será escudarse en una salida discursiva de que el pueblo manda y el gobierno obedece. Y si el modelo falla, ¿el pueblo se equivocó?
¿De oráculos?
Lo más recomendable para formarse una opinión sólida de este tema es el artículo del ministro de la Suprema Corte, José Ramón Cossío Díaz @JRCossio, Antropomorfismo electoral, publicado en El País en su edición del 08-08-2018 (https://elpais.com/internacional/2018/08/08/actualidad/1533679505_615667.html), en el que se refiere a apreciaciones que considera equivocadas de las elecciones.
El destacado jurista colimense puntualiza: “Las elecciones, es verdad, generan un mandato con respecto a lo ofrecido en competencia dentro de los procesos electorales. Lo que a partir de ahí pueda hacerse tendrá que ajustarse a las normas jurídicas. Peligroso sería que estas fueran desplazadas por lo que “la elección” cual oráculo, ordenara a cada rato a quienes la interpretarán y la irán administrando.”
Y lo que creemos es la médula de la reflexión del ministro: “Esto porque debemos precaver para que no se le asigne un carácter orgánico y, mucho menos, suponer que algo nuevo ha cobrado vida a partir de ese día y que a ese algo se le puede hacer hablar para decidir los más dispares rumbos de acción.”
Vale mucho la pena la lectura de este texto, para que no le digan, para que no le cuenten.
Rediseño del modelo
Las campañas ya terminaron y por eso lo más seguro es que las medidas que se tomaran para el arranque del sexenio no tengan mucho que ver con promesas como la de regresar inmediatamente al Ejército a sus cuarteles. Y ya reconocen que se necesitará tiempo para recobrar la tranquilidad anhelada. Lo dicho, los milagros no existen.
Es más no está descartado que uno de las últimas decisiones de @EPN (ya pactó) sea la de respaldar la iniciativa para crear la Secretaría de Seguridad Pública que concentrará la mayor parte de la infraestructura dedicada a la seguridad en México. Aunque le de la espalda al modelo que siguió los últimos seis años. El centralismo a la mexicana, pues.
La decisión de crear una Central de Inteligencia Mexicana, que implica la eliminación del CISEN, para algunos especialistas no irá más allá del cambio de nombre. El nuevo organismo de inteligencia -que ofrecen no será de espías chan chan chan- se integrará a la súper poderosa Secretaría de Seguridad Pública. Ya no existen pájaros en el alambre que te espíen, ahora te escanean.
El Mando Único madrugador, concentrado en una sola persona, el presidente de la República.
La desaparición del estado Mayor Presidencial ya comenzó. En los hechos ese organismo ha comenzado a desmantelarse. Los militares han comenzado a regresar a sus cuarteles y buena parte del equipo reintegrado a la fuerza aérea y naval.
Una buena noticia. Por lo que se puede apreciar el futuro Secretario de la Defensa será un mando con experiencia y formación de primer nivel. Aquí no se improvisará. Aunque ya se sabe que en el sector castrense, como en todos lados, hay grilla interna y también se pican los ojos.
Digamos que una gran diferencia en el nuevo modelo de seguridad la hará la propuesta que se haga para los nombramientos del Fiscal General de la República, así como del Fiscal Especial Anticorrupción y del Fiscal Especial contra Delitos Electorales. De repetirse el caso Bartlett el redimido, estaremos fritos.
Otro paso importante será el que defina el papel de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), parece que no están en los planes de ya saben quién.
Ya no son tiempos de recetas mágicas, pero si optan por la mexicana alegría a secas, seguro que los resultados no serán ni muy muy ni tan tan.
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