Escenario político
Tren maya… proyecto ¿viable?
El proyecto para la construcción del Tren Maya, anunciado por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y que correrá por toda la península de Yucatán, llevando carga y pasaje, es un proyecto riesgoso que enfrentará un gran debate a nivel nacional por los posibles daños ecológicos que representa la obra para la zona turística y ecológica más importante del país.
Por un lado, la industria turística se pronuncia a favor de la construcción del Tren Maya por el incremento en el ingreso de divisas turísticas y la diversificación de zonas arqueológicas y culturales por las que pasaría el ferrocarril, beneficiando a toda la región, pero por otro lado, los ambientalistas seguramente se opondrán al proyecto pues si bien existe cierta infraestructura ya instalada, afectará zonas como Calakmul y Sian ka an, entre otras de los cinco estados por lo que pasará el tren y que son consideradas zonas patrimonio ecológico y donde no existe infraestructura ferroviaria.
La controversia surgirá también por el lado ecológico puesto que AMLO se opone a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) por afectaciones a los ejidatarios y daño ecológico, proyecto al que someterá a consulta pública, sin embargo, los ecologistas consideran que el proyecto del Tren Maya tendría una afectación devastadora para las especies de la región en los 1 mil 500 kilómetros donde se proyecta su construcción.
En el sentido económico, el proyecto considerado como prioritario para la próxima administración federal, costará entre 120 y 150 mil millones de pesos, es decir, más de cuatro veces el valor del considerado por la administración actual para el tren rápido Transpeninsular que uniría a Yucatán y Quintana Roo, que costaría alrededor de 38 mil millones de pesos y que fue cancelado por la necesidad de realizar recortes al presupuesto en 2015 según señaló el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Se percibe falta de viabilidad económica del proyecto del Tren Maya, pues, aunque el próximo presidente del país asegura que existen las condiciones adecuadas al contar con el derecho de vía del ferrocarril del sureste, es bien conocido que todos los trenes de pasajeros en el mundo no son rentables y tienen que ser subsidiados.
En una inversión mixta, el gobierno de AMLO, espera recaudar alrededor de siete mil millones de pesos anuales de impuesto al turismo, es decir 28 mil millones de pesos en cuatro años y el resto sería inversión privada para concluir la obra en el 2022, es decir, más de 92 mil millones de pesos.
Según el futuro secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, el Tren Maya será moderno, rápido, puntual y eficiente. Contará con vagones para transportar a los trabajadores del corredor turístico, vagones para clase turista y camarotes de lujo, carro comedor con gastronomía típica de la región y salón fumador. Todos panorámicos, dijo en su cuenta de Twitter.
Ecologistas, políticos, economistas, analistas e inversionistas, cuestionarán el proyecto y se pronunciarán en contra de la afectación a la zona y otros estarán a favor, lo que obligaría a López Obrador a someterlo a consulta popular y a un panel de especialistas para analizar la viabilidad del proyecto tal cual lo hace con el NAICM.
Otro cuestionamiento al que será sometido el gobierno de AMLO, será analizar la verdadera necesidad de la construcción del Tren Maya, frente a otros proyectos ferroviarios prioritarios que pueden representar mayor viabilidad como el tren México-Querétaro que fue cancelado por el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Finalmente, surgirá la pregunta ¿y la austeridad republicana?
Oportunidad para Pymes
En el mismo sentido, luego del anuncio del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador de fortalecer el mercado interno con mayor integración nacional en el sector manufacturero y de la construcción, las pequeñas y medianas empresas del país (Pymes) esperan que con la llegada del próximo titular del Ejecutivo se les tome más en cuenta en la construcción de los grandes proyectos, como el Tren Maya, pues aseguran que en el gobierno de Enrique Peña Nieto, si bien hubo mayor participación de empresas nacionales, fueron las grandes empresas locales y extranjeras las que ganaron los principales proyectos de infraestructura.
En la actual administración, los grandes corporativos mexicanos si obtuvieron importantes contratos para la explotación y el desarrollo de obras en carreteras, aeropuertos, puertos y sistemas ferroviarios, como el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), el interurbano México-Toluca, el túnel ferroviario de Manzanillo o los rompeolas del nuevo puerto de Veracruz, pero muchas empresas medianas y pequeñas se quedaron fuera de las licitaciones que realizó el gobierno de EPN.
Cabe recordar que, durante la presente administración, entre las grandes beneficiadas de los proyectos de infraestructura importantes está la controvertida empresa española OHL, que encabeza, Juan Luis Osuna Gómez, beneficiada con grandes contratos como el Libramiento Elevado de Puebla, Viaducto Bicentenario y el Circuito Exterior Mexiquense, obra que cada vez resulta más costosa para los usuarios y presenta grandes peligros pues se encuentra en malas condiciones, según señalan los usuarios.
Por otro lado, OHL es la empresa vinculada a Emilio Lozoya, quien fue consejero en la empresa antes de ser director general de Pemex y quien se encuentra en el caldero al enfrentar el caso Odebrecht.
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, destaca la Inversión Extranjera Directa (IED) lograda en la presente administración, y es ahí donde los españoles ganaron con la reforma energética. Iberdrola, de Ignacio Sánchez Gálan, ha obtenido diversos proyectos energéticos con montos superiores a los cuatro mil millones de dólares.
Favoritas de la SCT, la española Aldesa, que fue la protagonista del ‘socavón del Paso Express’ de Cuernavaca, la empresa obtuvo más de 39 contratos, por un monto de casi 15 mil millones de pesos.
Durante la presente administración, las Pymes mexicanas fueron relegadas, es decir, la asignación de desarrollos completos de energía, desde el diseño, construcción, aplicación de tecnología, hasta explotación, operación o mantenimiento.
En contraparte, empresas transnacionales como Trafigura PTE LTD, dedicada del ramo energético y minero, nacida en Singapur, con oficinas centrales en Ginebra, Suiza, accedieron a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que le compró gas natural licuado, carbón y combustóleo, por 15 mil 809 millones de pesos.
La francesa Alstom, con sus filiales Alstom Switzerland y Alstom Grid, obtuvo contratos de CFE para proveeduría de refacciones, maquinaria y servicios de mantenimiento, por 4 mil 784 millones de pesos.
La alemana Siemens y sus filiales Siemens Innovaciones y Siemens Energy Inc., obtuvo contratos plurianuales de mantenimiento con CFE, por 3 mil 841 millones de pesos.
Asimismo, las japonesas Mitsubichi Corporation, Mitsubichi Heavy Industries de México, Mitsubichi Hitachi Power System de México y Mitsubichi Electric de México, que le vendieron a CFE, servicios y mantenimiento de instalación de sistemas y refacciones, por 3 mil 646 millones de pesos.
GE Hitachi Nuclear Internacional, asociación de General Electric y Hitachi, obtuvo contratos considerables con CFE para venta de materiales, equipo, servicios técnicos y de mantenimiento, así como licencias, por un monto de 3 mil 646 millones de pesos.
Con una facturación similar, Citigroup Global Markets LTD, obtuvo de un grupo financiero neoyorkino, 3 mil 154 millones de pesos, por venta de gas natural licuado para la operación de unidades de generación de CFE.
British Petroleum consiguió vender a CFE combustóleo y gas natural por 2 mil 942 millones de pesos, a través de sus filiales BP Products North America y BP Gas Marketing LTD.
Otras compañías que han vendido gas a la paraestatal mexicana en el sexenio han sido Cheniera Marketing International LLP, por 2 mil 844 millones de pesos; Shell, a través de Shell International Trademiddle y Shell Spain, por mil 431 millones de pesos.
Conforme se aproxima el cierre de sexenio, se acerca también la hora de los balances, y entre estos aparece como uno de los más importantes el que toca a las contrataciones públicas. Si se pretende abatir la corrupción y dar más juego a la participación de las empresas medianas y pequeñas, este será un gran reto para la nueva administración ante su promesa de total transparencia.
Nubarrones en el IMCP
En el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) que preside José Besíl Bardawil, se respira un ambiente de discordia en el proceso electoral para elegir al nuevo Vicepresidente General del organismo para el periodo 2018-2019, pues existe una queja formal contra el Presidente de la Comisión Orientadora de Elecciones, José Luis García Ramírez, pues dicho directivo tiene cargados los dados a favor de Diamantina Perales Flores, generando un conflicto de interés al pertenecer ambos al mismo Despacho Del Barrio y Compañía.