Abanico
Las angustias han invadido al gabinete saliente.
Los nuevos funcionarios les piden cuentas, les preguntan sin fin, llevan sus propios auditores y no faltan los miembros del próximo gobierno quienes expresan inconformidades.
Y cuando acuden con sus superiores en busca de apoyo –y el máximo de todos es el presidente Enrique Peña Nieto-, no encuentran palabras de respaldo para un futuro tranquilo.
Dicho de otra manera, me dice un secretario de Estado:
-A esperar cuál es el veredicto.
Me dice otro:
-Si me llaman, acudiré cuantas veces sea necesario porque todo lo tengo en orden y no he firmado nada contra la ley.
Agrega el director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Florentino Castro:
-Yo no tengo angustia. La orden del presidente Peña Nieto es presentar todas las cuentas claras y yo ya abrí todos los expedientes: de la dirección general, de administración, de delegaciones, de los 40 hospitales…
TIEMPOS DE VENGANZA
En el equipo por venir sí hay quienes buscan sangre.
Son conocidos.
Para no involucrarlos con nombres, narraremos hechos.
Hay un miembro del gabinete a quien el presidente electo Andrés Manuel López Obrador le tiene cuentas pendientes desde sus tiempos de su desafuero sin efectos.
Se realizó el desafuero pero la Procuraduría General de la República (PGR) no pudo llevarlo a prisión porque dos panistas, los entonces asambleístas Gabriela Cuevas y Jorge Lara, pagaron la multa.
Ridículos dos mil pesos, pero la violación del amparo por el predio El Encino y la corrupción de su ex secretario particular René Bejarano fueron claves para hacer campaña contra el tabasqueño.
-El cree que la persona responsable de su derrota en 2006 le debe a la transparencia –me dice un simpatizante de ese apellido ya eufónico López Obrador.
Otro miembro del gabinete trae sus propios pendientes.
Denuncia traiciones y culpa a los traidores de su exilio sexenal y estas alturas no le importa estar reivindicado, ser figura internacional y perfilarse a la antesala de 2024.
A su vez, los señalados por él ya preparan su defensa en doble vía: jurídica y mediática.
Para cuando venga la venganza.
GOBERNABILIDAD A PAUSAS
El relevo en materia de gobernabilidad marcha a paso lento.
Sea porque todavía no está bosquejado el organigrama del próximo gobierno, sea porque hay confusión sobre algunos aspectos.
Hoy estará en el escaparate político el subsecretario Alejandro Encinas, a quien ya saben quién le ha encomendado aclarar el crimen de normalistas en el municipio perredista de Iguala.
Tierra de José Luis Abarca y María de los Angeles Pineda con el respaldo de toda la estructura del Partido de la Revolución Democrática (PRD), mayoritariamente hoy en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Zoé Robledo avanza con lentitud en asuntos de su futura responsabilidad.
Pero quien va muy adelantado es Alfonso Durazo, pues se llevará de Gobernación todo lo relativo a seguridad pública, entre ellos el Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen), la Policía Federal y más adelante la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.
A ver cómo torea con egos tamaño Alejandro Gertz Manero, Santiago Nieto y otros similares.