Presenta Ramírez de la O presupuesto de egresos; van 6.5 billones a metas
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de septiembre de 2018.- En las previsiones para la inflación, tomando en cuenta los incrementos mayores a los previstos que se han observado en los precios de los energéticos, principalmente de la gasolina y del gas L.P., el Banco de México (Banxico) estima que afectarán la trayectoria de la inflación general anual esperada durante 2019.
Si bien prevé que su efecto sea transitorio, se anticipa que la trayectoria de convergencia de la inflación general hacia su meta se vea retrasada, fundamentalmente por el comportamiento de la inflación no subyacente.
En un entorno como el presente, en el que la inflación no subyacente anual se ha situado persistentemente por encima de tres por ciento aunado a choques adicionales de magnitud considerable y una elevada volatilidad, el banco central indica una afectación del proceso de reducción de la inflación general anual hacia el objetivo que se tiene para dicho indicador.
De acuerdo a un Informe en el que se analiza la inflación, la evolución económica y el comportamiento de los indicadores económicos del país en el trimestre abril-junio de 2018, así como la ejecución de la política monetaria, elaborado con información disponible al 27 de agosto de 2018, Banxico asegura que la inflación subyacente refleja de mejor manera la postura monetaria.
Es por ello que, en la presente coyuntura, la Junta de Gobierno dará un seguimiento especialmente cercano a este indicador.
Según el documento remitido a la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República, estima que la inflación subyacente anual continúe disminuyendo, reflejando tanto la postura monetaria, como el relajamiento previsto de las condiciones cíclicas de la economía, y que alcance un nivel de tres por ciento en el tercer trimestre de 2019.
Por otro lado, se espera que la inflación general anual se aproxime durante el resto del año y en 2019 hacia el objetivo de tres por ciento, ubicándose durante el primer semestre de 2020 alrededor de dicho objetivo.
En el balance de riesgos para la inflación, el Banxico mantiene un sesgo al alza, en un entorno con un alto grado de incertidumbre. Entre los riesgos a los que están sujetas las previsiones anteriores en el horizonte de pronóstico destacan: al alza, que la cotización de la moneda nacional se vea presionada en respuesta tanto al entorno de mayores tasas de interés externas y a la fortaleza del dólar.
En caso de que la economía enfrente un escenario que requiera un ajuste del tipo de cambio real, Banxico estará atento a que este se dé de manera ordenada y sin efectos de segundo orden sobre el proceso de formación de precios de la economía.
Que se presenten incrementos adicionales en los precios de algunos energéticos o aumentos en los precios de los bienes agropecuarios, lo cual conduciría a que el comportamiento de la inflación no subyacente obstaculice aún más la convergencia de la inflación a la meta.
Que se presente un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global que afecten adversamente el comportamiento de la inflación.
Que un gasto público mayor al anticipado reduzca la velocidad a la que viene disminuyendo la inflación subyacente.
En la medida en que las negociaciones salariales no sean congruentes con las ganancias en productividad, podrían constituirse en una presión de costos en la economía.
A la baja: Una posible apreciación de la moneda nacional en caso de que el resultado de los anuncios recientes sobre el entendimiento en cuanto a la modernización del acuerdo comercial con Estados Unidos sea favorable.
Entre los riesgos que podrían afectar al panorama inflacionario en un largo plazo destacan:
Que el tipo de cambio real muestre una mayor tendencia hacia la depreciación, ante un entorno externo desfavorable en lo correspondiente a las condiciones financieras y comerciales.
Que se presente una situación de debilidad estructural de las finanzas públicas.
Que se acentúe la debilidad de la inversión y la falta de crecimiento de la productividad, lo cual ante la expansión de algunos componentes de la demanda agregada haría más difícil la reducción en la inflación.
“Tomando en cuenta las perspectivas para la inflación y la reducción que esta presentó en los primeros meses de 2018, en las reuniones de abril y mayo de 2018 la Junta de Gobierno decidió por unanimidad mantener sin cambio el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, en 7.50 por ciento, si bien reconoció que la inflación no subyacente permanecía en niveles elevados”, detalla el informe.
Adicionalmente, señala que se presentaron presiones mayores a las previstas sobre los precios de la gasolina y del gas L.P. En consecuencia, el balance de riesgos para la inflación se deterioró, por lo que en respuesta a ello, la Junta de Gobierno decidió incrementar en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, a un nivel de 7.75 por ciento, en su reunión de junio.
La Junta mantendrá una postura monetaria prudente y continuará dando un seguimiento especial al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, así como a la evolución de las condiciones de holgura en la economía, indica Banxico.