Ha*Ash vuelve al Auditorio Nacional y deja sin aliento a sus fans
CIUDAD DE MÉXICO., 10 de octubre de 2018.- El sexteto argentino de músicos, humoristas y teatreros, Les Luthiers celebrará en México sus 50 años de trayectoria con una antología de sus grandes éxitos que incluye versiones renovadas de sus más emblemáticos espectáculos.
Viejos hazmerreíres, es un recorrido por piezas claves del repertorio conformado por 20 espectáculos presentados en todo el mundo durante medio siglo, y el Auditorio Nacional es un punto de la gira internacional que incluye actuaciones en Argentina, Ecuador y España.
«Hemos cambiado mucho, en ser más eficaces en lo que hacemos, pero el humorismo de calidad sigue siendo el mismo», aseguró Marcos Mundstock, fundador del conjunto el cual se ha caracterizado no solo por crear un estilo atemporal de comedia sino también por ser fabricantes de peculiares instrumentos musicales.
«Somos como las películas de Charles Chaplin, que son prototipos de relaciones entre seres humanos y sus conductas», insistió Mundstock para explicar que el humor de Les Luthiers se basa en situaciones que no están atadas a una época o lugar determinado y tampoco hace alusiones un personaje de moda.
La antología de Les Luthiers, que se presentará del 12 al 14 de octubre en la Ciudad de México, cuenta con versiones renovadas de sus piezas maestras pero sin modificar su esencia, las adaptaciones tiene que ver más con la experiencia que han acumulado en cada escenario y no con un interés de crear adornos superfluos.
«Por ejemplo, a los jóvenes les puede gustar o llamar más sus atención la parte de rap de nuestro espectáculo, pero en esencia somos unos viejitos protestando porque los jóvenes la pasan mejor que nosotros dijo», Carlos López, quien en 1967 inició en la primera alineación de Les Luthiers.
Durante la conferencia de prensa, Carlos López, Jorge Maronna, Horacio Tato, Martín O’ Connor, Tomás Mayer-Wolf y Marcos Mudstock recibieron la estatuilla de la Lunas del Auditorio al mejor espectáculo alternativo de 2016, galardón que permaneció por dos años a resguardo en el Coloso de Reforma a la espera de que Les Luthiers volviera a pasar por México.