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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de noviembre de 2018.- El documento final del Sínodo de los Obispos es una respuesta actual al desafío que representan los jóvenes, y ahora corresponderá a cada diócesis del mundo aplicar estas conclusiones, consideró el cardenal Carlos Aguiar Retes.
“Es todo un reto, un gran desafío para la Iglesia poner en práctica lo que señala el documento final”, afirmó el religioso.
En entrevista con Desde la fe publicada en el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, el arzobispo primado de México, quien integró la comisión redactora, aseguró que este documento, junto a la exhortación postsinodal que presentará el Papa Francisco en los próximos meses, permitirá a la Iglesia acompañar mejor a los jóvenes en su camino de fe.
“Hoy verdaderamente es un contexto desafiante el que viven las nuevas generaciones, en el cuál la voz de la Iglesia si se hace presente en la forma y en la manera que lo necesitan los jóvenes va a ser una gran ayuda”, agregó.
El documento destaca, entre otras cosas, el tema de la migración como ‘paradigma de nuestro tiempo’, un compromiso firme contra todo tipo de abuso, dentro y fuera de la Iglesia; así como la necesidad de un mayor reconocimiento y valoración de las mujeres en la sociedad y en todos los círculos eclesiásticos, señala.
También reconoce que los jóvenes desean ser ‘escuchados, reconocidos, acompañados y que su voz sea considerada interesante y útil en el campo social y eclesial. La Iglesia no siempre ha tenido esta actitud’.
De acuerdo con Aguiar Retes, esta nueva disposición de escucha es uno de los puntos más importantes del texto.
“El documento lo señala con claridad, sin embargo, cada diócesis, cada conferencia episcopal, tendrá que revisar los ámbitos donde necesitan generar esas estructuras, esos espacios abiertos y, como lo pide el documento, esa selección de acompañantes que tengan este perfil que diseña el documento en la tercera parte”.
El Arzobispo Primado de México consideró fundamental la participación de 34 jóvenes en los trabajos del sínodo, pues ayudaron a los obispos a comprender mejor sus necesidades en el contexto actual.
“Tenerlos en el Sínodo, compartir y conocer todas sus expectativas nos ha ayudado muchísimo”, puntualizó.