Declaraciones de México y Oaxaca/David Colmenares Páramo
El destino en manos de la verdad
Andar por la vida con una moneda de dos caras y decir, a menudo, que el destino está en nuestras manos. Es maldad
El futuro se debe construir con la verdad y nosotros, como comunicadores, tenemos mucho que decir al respecto para hacer realidad aquello que queremos. Con verdad.
Es necesario saber, no creer, que nuestro futuro no es un regalo sino algo que debe construirse. Con lo que vimos, con la verdad intrínseca. No con lo que nos cuentan o inventamos.
Antes de ampliarnos compartimos una reflexión de un buen comunicador. El maestro corrector, escritor y periodista don José Antonio Aspiros Villagómez, que nos dice:
«Como verás, ya no tengo muchos temas. Me he constreñido a referirme –y poco– a medios y colegas, porque tiene que ver con mi profesión. Es decir, al fenómeno de la comunicación como esto del quinto poder, ahora más complicado porque la galaxia Gutenberg fue avasallada por la galaxia digital y me cuesta trabajo entender tantos terminajos y siglas que hay en las nuevas tecnologías.
«Pero no me arredro y al menos leo sobre todo lo nuevo a ver si algo capto (hasta donde alcancen la paciencia y el coco), y guardo de manera organizada toda la información porque algún día podría servirme, en especial sobre agencias de noticias y su gente, de lo cual tengo montañas de material ya estudiado y hasta me he atrevido a dar clases.
«Se me fueron las ganas y la disciplina para volver a escribir (pero no de saber más) de lo que durante tantos años me apasionó: arqueología, astronomía, astronáutica, metafísica, historia, industria editorial, idioma y literatura principalmente, pero también de muchos otros asuntos científicos o culturales.
«Y muy poco de política. Que lo hagan quienes se sienten ‘líderes de opinión’ porque están en la nómina oficial.
«Para mí, tratar de que los políticos (y aun los lectores) se interesen en mis puntos de vista que además no son algo fuera de lo común y todos los demás escriben de lo mismo, es perder el tiempo (ni siquiera tengo dónde me lean), aunque lo es también querer compartir mis emociones con lo que sí me gusta, facilita, interesa y deseo saber más. Sigo en la lectura frecuente de todos esos temas en mis libros y revistas especializadas, pero ya solo para mí.
«Que los demás se hundan en sus wikipedias (que ahora le piden a sus usuarios que cooperen $$).
«Perdón, se me pasó la mano con estos rollos .Recibe mis saludos. JAAV».
Y ahora, como invitamos, acompáñanos a descubrir esta historia sobre el destino.
Hace mucho tiempo, un anciano general se dirigió a defender a su pueblo con su pequeño ejército frente a un invasor mucho más numeroso. Sus soldados estaban desmoralizados.
Cerca del lugar de la batalla había un templo del que se decía que tenía la capacidad de vaticinar el futuro y conceder favores: las personas acudían allí para orar y meditar. Cuando se salía del santuario era costumbre lanzar una moneda al aire; si salía cara, se cumplían los favores que se habían pedido.
El anciano general fue al templo y rogó ayuda de Dios para que fuese favorable a su ejército a pesar de ser menos numeroso. Al salir del templo, lanzó la moneda delante de sus soldados y salió cara. Sus guerreros, envalentonados, se dirigieron rápidamente a la batalla y contra todo pronóstico, la ganaron.
Cuando la lucha se acabó, un lugarteniente del anciano general le dijo: «estamos en manos del destino, nada podemos hacer contra aquello que decide Dios».
A lo que el general le contestó: «cuánta razón tienes, amigo mío», y le enseñó la moneda: tenía dos caras.
Aunque algunos dirán que la mano de Dios está presente en todas las acciones del ser humano. Nosotros tenemos la capacidad de ser guionistas y protagonistas de sus propias historias.
No lo debemos olvidar. Nunca mentiras. Sólo con la verdad tendremos una comunicación creíble.