Itinerario Político
Con una sola mano se roba menos
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Clara sugerencia a quienes cuidan nuestros exiguos ahorros. Y nos cobran hasta por no tener lo suficiente en la institución.
Aquí cabría el sabio consejo del independiente de Nuevo León: cortarles una mano.
El siguiente comentario del catedrático de la Universidad Anahuac Arnulfo R. Gómez, nos dio la pausa para decirlo, con infinito respeto al Congreso dubitativo, que elaboró sobre su abuelo, el General Arnulfo R. Gómez, y el clima de terror que prevalecía en el país, con motivo de la Sucesión Presidencial en el año 1928.
Fue, explica, generado por la desmedida ambición de Alvaro Obregón de reelegirse, valiéndose de la complicidad de Plutarco Elías Calles y Joaquín Amaro.
Señala que “Alvaro Obregón “El Manco”, con gran cinismo, en declaraciones sobre “su honestidad”, el elemento que se consideraba fundamental para ser Jefe del Ejecutivo –por segunda ocasión–, afirmó que “él sería el mejor Presidente porque sólo tengo una mano y no puedo robar mucho” .
Una de sus frases favoritas: “Nadie resiste un cañonazo de cincuenta mil pesos”. Incluimos nosotros.
Hoy en día, esa cantidad compra un kilo de jitomate.
“Entre las propuestas “progresistas y de avanzada” que Obregón realizó durante su gestión se puede incluir la pensión vitalicia de 20,000 pesos anuales para aquel ciudadano mexicano que haya sido Presidente de la República.
(Propuesta de Obregón que a partir del 2019 quedará suspendida. Dicen. Añadiríamos nosotros.)
“Antecedente cínico e histórico de la larga serie de “personajes” que han abusado de su posición para enriquecerse y del cual forma parte una enorme lista de funcionarios que siguieron su ejemplo.
“Como el otro maestro en corrupción: Plutarco Elías Calles así como del Primer Presidente Mafioso que registra la historia universal: Abelardo L. Rodríguez. Nos dice don Arnulfo. Y añade que “Obregón, siniestramente impuso su voluntad al General Plutarco Elías Calles, entonces Presidente de la República al que tenía totalmente atemorizado y bajo su control. “Lo consideraba un ser pusilánime, timorato y agachón al que llamaba Mi Teniente Correlón , en lugar de mi Teniente Coronel y Plutarco Elías Corres.
“Pero lo utilizó como instrumento para desvirtuar en su favor los principios de la Revolución Mexicana y asesinar al General Arnulfo R. Gómez y a muchos otros personajes que se opusieron a su reelección”. Concluye el licenciado R. Gómez.