El presupuesto es un laberinto
De Pablo Neruda, Chile 1907-1973 (2)
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
«Me gusta cuando callas»
En este poema Pablo Neruda le habla a una chica de la cual está enamorado. Pero siente que la chica no se da cuenta de su existencia: “me oyes desde lejos y mi voz no te toca”, como si él le hablara, pero siente que ella no lo escucha.
Parece como si la chica fuese su amada, pero no, ya que ella no opina de la relación porque pasan cosas pero ella no habla, no ve, no siente: “parece que un beso te cerrara la boca”.
Habla también de su alma en el poema, dice que todas las cosas están llenas de su alma: una mariposa de sueño – ya que estás parecen alegres, pero nunca se puede saber qué es lo que pasa por su cabeza ya que no hablan-.
La palabra melancolía -por su tendencia a la tristeza, un estado de pesimismo, depresión y falta de estímulos afectivos; se parece a esa palabra a causa de que al no hablar, puede parecer que está triste, afligida.
También durante todo el poema repite la misma frase: “me gustas cuando callas porque estás como ausente”.
Neruda dice que le gusta cuando calla, porque ella está alejada, puesto que la mayoría del tiempo no habla, no opina, y es como si no estuviera allí.
Me gustas cuando callas porque
estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te
hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como
todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a
mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me
gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame
que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y
constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me
gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces y una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.