Abanico
La primicia la tuvo usted en este espacio el 13 de febrero:
No hay recursos para salud, y los estados entran en crisis.
Desde diciembre esos organismos carecen de recursos y andan en busca de patrocinios y financiamiento para patrocinar la compra de los medicamentos más comunes para la población.
Sin éxito en la mayoría de los casos.
Hoy la crisis es general.
Ninguno de los organismos, ni los federales ni los estatales, tienen el avituallamiento necesario para atender las necesidades de pacientes ni siquiera con el cuadro básico.
¿Especulación?
Tal vez.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha registrado este problema y ayer el tabasqueño abrió un nuevo frente cuyas dimensiones podríamos conocer en la conferencia matutina de este jueves.
La declaración fue espontánea.
Le preguntaban sobre el suministro de alimentos a penales federales y él informó sobre la revisión de contratos para ver si es posible obtener ahorros para el erario.
Si no hay condiciones favorables para su administración, prometió, se cancelarán esos compromisos y se buscarán nuevos proveedores por… “¡un billón de pesos al año!”.
Nuevas reglas, menores precios
López Obrador entró al tema de medicamentos:
“Lo mismo en el caso de los medicamentos. Estamos encontrando que hay ocho, diez empresas que venden le 75 por ciento de todos los alimentos que compra el gobierno…
“Se van a dar a conocer los datos de estas compras y los nombres de la empresas…”.
Como el tema no es nuevo, estamos en condiciones de dar antecedentes y acciones ya en marcha.
Al frente de este operativo están la Cofepris y su titular José Alonso Novelo, mientras nada se sabe del secretario de Salud, Jorge Alcocer.
¿Qué hacen Cofepris y Novelo?
Prácticamente han paralizado los permisos de importación y autorización so pretexto de revisar su vigencia y sobre todo los precios, con la atenta súplica de reducirlos más.
Aquí está la clave.
Aunque no lo sepan, han cambiado las reglas y deberán someterse a nuevas disposiciones… o a nuevas gestiones porque tampoco hay muchos laboratorios o proveedores para escoger.
Monopolios al fin, como dijo López Obrador.
Disney y Fox: de Brasil a México
Muy derechista, pero hoy Brasil da ejemplo a México.
No ha aprobado la fusión Disney-Fox porque toma muy en serio la concentración del mercado de telecomunicaciones y los contenidos infantiles y deportivos.
Esa anexión concentraría en México más del 70 por ciento, dados los derechos propios de exclusividad sobre todo en el ámbito de la diversión.
El IFT de Gabriel Contreras ha prometido proteger a los consumidores, lo cual pasa por una sana competencia.
Pero no sabemos qué han ventilado los representantes de Disney-Fox, Ernesto Estrada y Eduardo Pérez Motta, ex funcionarios públicos promotores de quien tiene la decisión: Georgina Santiago Gatica, jefa de la Unidad de Comptencia Económica del IFT.
Caben muchas preguntas:
¿Cuidará la imagen pública tras los escándalos en el sector públicos de los órganos autónomos?
Y ante tantos ordenamientos, ¿para qué las guías y lineamientos, si hay órganos internos de control y superiores jerárquicos?
Si todo se respetara, hoy tendrían alta credibilidad y autonomía, sin ser cuestionados por el propio Andrés Manuel López Obrador.