Descomplicado
Sobre la independencia
Carlos Ravelo Galindo, afirma: Ya viene el segundo centenario de la Consumación de la Independencia de México, en septiembre de 2021. Con mucha anticipación lo recordamos al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador. Que como un declarado juarista lo celebrará. Pero cómo.
Aquí algunos datos.
Sabemos que fue Miguel Hidalgo quien primero proclamó tal independencia cuando se levantó en armas en 1810 y sus ideas eran republicanas. Sabemos cómo fue el origen de la Bandera Nacional que usó el Ejército de las Tres Garantías en su desfile entre Tacubaya y la Ciudad de México en 1821. Y que todavía en los albores del siglo XX, el muy apreciado poeta Amado Nervo en uno de sus versos preguntó acerca del militar criollo que se coronaría emperador: “¿quién borrará tu nombre de la Historia, sin borrar de tu enseña los colores?”. Y que eso fue precisamente lo que hizo el Congreso mexicano en 1921 cuando, tras airados debates, aprobó quitar el nombre de Agustín de Iturbide que estaba con letras de oro en el recinto parlamentario. Sabemos que en nuestra historia oficial hay “buenos” y “malos”; que así nos la inculcaron en la escuela, que así la defienden todavía los partidarios de tal maniqueísmo y que otros tratamos de sacudirnos de manera racional y documentada ese marcaje. (Un paréntesis aquí, para recordar a nuestros maestros de Historia de México, Juan Moisés Calleja García y Carlos Alvear Acevedo. Y comentar que la acreditada revista mensual Relatos e historias en México publica en entregas las Memorias de Concha Lombardo, quien fue primera dama cuando su esposo, el general conservador Miguel Miramón, ocupó la Presidencia, y que ha difundido numerosos artículos sobre el inicio y fin de la guerra de Independencia y sus protagonistas).
Sabemos, además, que hay calles y lugares en el país con el nombre de Iturbide, y que entre algunos historiadores, investigadores e intelectuales existe una tendencia conocida como “revisionismo histórico”, consistente a nuestro entender en documentar y difundir la ‘visión de los vencidos’, pero no la de nuestros pueblos originarios durante la Conquista según la pluma de don Miguel León Portilla, sino la de quienes fueron quedando al margen -los “conservadores”- tras las pugnas para hacer de México una república federal o centralista, o una monarquía. Sabemos así que en septiembre de 2017, dos días después del terremoto en la capital del país, el historiador y gran amigo Luis Reed Torres presentó su libro El libertador sin patria en edición de autor (aún no tenemos la obra para comentarla), y que en este 2018 el escritor e ingeniero Pedro J. Fernández publicó en Grijalbo su obra Iturbide, relativa también al polémico primer gobernante del nuevo país. Sabemos que ese trabajo trata sobre el “héroe que olvidó la historia oficial”, aunque reconoce que “es recordado como uno de los grandes villanos de nuestra historia”. El mismo autor nos hace saber (páginas 242-243) que, cuando fue redactada y firmada el Acta de Independencia -la cual se exhibe ahora en el Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec)- no estuvieron presentes Vicente Guerrero ni otros representantes de la insurgencia, sino sólo los aristócratas elegidos por Iturbide.
Sabemos también que en un fascículo sin firma de la Secretaría de la Defensa Nacional titulado La Consumación de la Independencia, dentro de la serie “Momentos estelares del Ejército mexicano” (http://www.sedena.gob.mx/pdf/momentos/fasciculo_3.pdf), son comentados los excesos de Iturbide como militar realista, sus ambiciones personales y las tácticas que empleó para alcanzar sus propósitos, pero al final se reconoce en dicho texto que él es a quien “le debemos nuestra independencia”
Sabemos que en la ciudad de Querétaro existe el Museo de las Conspiraciones, donde se mencionan ampliamente estos sucesos en un contexto integral que abarca también el imperio de Napoleón y las consecuencias de su invasión a España, entre ellas las diversas independencias habidas por aquellos años en otras naciones de América que estaban sojuzgadas.
Sabemos, en fin, que habrá críticas a este tecleador por recordar un episodio y a un personaje que dos siglos después aún son incómodos e irritables para tantos, si bien nuestro interés por la universalidad en la Historia y en todo, no altera que seamos orgullosamente republicanos y mexicanos de tiempo completo.
Por eso recordamos que el pasado septiembre se cumplieron197 años de la Consumación de la Independencia.
Con gratitud al escritor y maestro corrector José Antonio Aspiros Villagómez, por recordarnos lo que él bien sabe.