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CIUDAD DE MÉXICO, 4 de marzo de 2019.- Al exponer de viva voz su proyecto para la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la aspirante Yasmín Esquivel Mossa destacó su trayectoria académica, así como su experiencia en los tres niveles de gobierno, impartiendo justicia.
“He construido esta historia profesional valiéndome siempre del esfuerzo, de los aciertos, de los errores, de los desvelos, de los sueños, de los éxitos, de los fracasos, de una sola persona: la que hoy tienen frente a ustedes”, expresó de manera clara y enfática ante la Comisión de Justicia del Senado de la República y afirmó que no hay ni ha habido ningún vínculo de amistad o parentesco que afecte su independencia en su función en la impartición de justicia.
“No soy la señora de, ni la esposa de”, defendió ante los senadores integrantes de la Comisión de Justicia para refutar voces que es esposa del empresario José María Riobóo, cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador y para ser reconocida como mujer por sus méritos propios y no a partir de cualquier vínculo con éste.
La aspirante señaló que su causa como juzgadora es la justicia, su método el derecho y su único mandato, la Constitución, y así lo seguirá haciendo con imparcialidad y objetividad, algo indispensable para el funcionamiento de las instituciones.
Aprovechó para resaltar que los Magistrados de los Tribunales Administrativos de las 32 entidades federativas la nombraron Presidenta, cargo en el que tuvo la oportunidad de impulsar la autonomía e independencia de los Tribunales Administrativos del país.
“Estoy convencida que la justicia es el ropaje con el que debemos vestir nuestra democracia y que las autoridades, sin importar fuero o condición, están obligadas a una estrecha vinculación e identidad con las personas, así como buscar siempre, mejorar la calidad de vida de los que conformamos la sociedad”, puntualizó.
La aspirante a Ministra de la máximo tribunal de justicia dijo que está consciente que hoy en día la impartición de justicia en México es uno de los grandes pendientes históricos, pues durante mucho tiempo la visión positivista de la justicia hacía que se privilegiara el texto de la norma jurídica a rajatabla, llegando incluso a desestimar su valor social, lo que generó grandes injusticias.
Yasmín Esquivel dijo que la sociedad está harta del cáncer que representa el binomio corrupción-impunidad y los juzgadores deben tomar un papel primordial en terminar con este mal que tanto daño le ha hecho al pueblo mexicano. “Quien trasgreda la ley y falte a la confianza popular, debe ser castigado con todo rigor y más aquéllos que nos dedicamos a impartir justicia”, advirtió.
Señaló que la sociedad exige un Estado de derecho donde queden desterradas la corrupción y la impunidad y en obligación de cumplir también está en el Poder Judicial que tiene el desafío de fortalecer su independencia, transparencia e inmediatez, así como buscar una mayor austeridad. “Independencia, sí. Indiferencia, no”.