Morenistas, enterradores de democracia: Noemí Luna
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de marzo de 2019.- A pesar de la férrea oposición del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, Morena y sus aliados lograron alcanzar la mayoría calificada de dos terceras partes, y con 328 votos a favor, 153 en contra y dos abstenciones, se avaló en lo general y particular, en los artículos no reservados, el dictamen de reforma que modifica diversos artículos de la Constitución en materia de consulta popular y revocación de mandato.
Entre porras, aplausos y al grito de sí se pudo, sí se pudo y es un honor estar con Obrador, los diputados de Morena y sus aliados, PT y Encuentro Social, festejaron la aprobación de la reforma, mientras que la oposición acusó que ésta fue hecha a modo a los intereses del propio Presidente de la República y su partido, de cara a futuras elecciones.
Reclamaron que sea el propio Presidente de la República quien solicite la consulta para la revocación de mandato, así como el porcentaje de ciudadanos que también podrían pedirlo, el cual es del tres por ciento de los inscritos en la lista nominal, es decir, poco más de dos millones 700 mil.
Se pronunciaron en contra de que la consulta de revocación de mandato se realice el mismo día que las elecciones federales intermedias, pues aseguraron que abre el camino para la reelección presidencial, además de utilizar la figura del jefe del Ejecutivo, para dar votos a los candidatos del partido en el poder.
Mientras que, para la consulta popular la oposición criticó que se necesite el uno por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, cerca de 900 mil, para poder solicitarla, lo que calificaron de incongruencia el hecho que se necesite menos firmas para constituir un partido político que una consulta ciudadana.
La diputada de Movimiento Ciudadano Martha Tagle aseguró que lo que se estaba aprobando no era un mecanismo de participación ciudadana, sino una simulación.
Es más fácil hacer un partido o ser un candidato independiente, que los ciudadanos puedan realmente pedir la revocación del mandato del Presidente de la República, y eso es una simulación (…). Mientras que para al Presidente de la República le bastará con solicitarlo y que esta Cámara lo apruebe, el tendrá la llave para abrir el mecanismo de consulta.
«(…) El proceso de revocación coincide con las elecciones, pero más allá de la pretensión de que necesitan votos los legisladores de Morena para llegar a esta Cámara, la apuesta de poner al presidente de la República en la boleta de 2021 vulnera los principios democráticos de las elecciones, vulnera la equidad en las elecciones y por eso el presidente de la República no puede, ni debe estar en la boleta de 2021”, aseveró.
En tanto, el diputado del PRI Héctor Yunes Landa sostuvo que este dictamen en apariencia trata de abrir canales de expresión y participación a la sociedad, sin embargo, señaló que lo que busca es pervertir a la democracia, institucionalizar el culto a la personalidad y perpetuar a una persona en el mando de la nación, es decir, a Andrés Manuel López Obrador.
Afirmó que dicha reforma pone en riesgo la estabilidad de la República, pues, la revocación de mandato puede llegar a convertirse en un mecanismo sistemático contra los gobiernos de oposición, y profundizar la confrontación entre los 30 millones que votaron por López Obrador y los 59 millones que no lo hicieron.
«La inclusión del presidente de la República en la boleta electoral de 2021 es populista, mañosa, porque busca nuevamente trepar en sus valencianas a quienes competirán bajo las siglas de Morena (…). Esta iniciativa es una trampa, es el paso más firme en la ruta morenista para instituir la reelección presidencial”, enfatizó.
De acuerdo al dictamen en el caso de consulta popular, ésta podrá ser solicitada por el uno por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, cerca de 900 mil; su resultado será vinculante con la participación del 25 por ciento, también de la lista nominal.
Mientras que la revocación de mandato, queda establecido que el procedimiento será para Presidente de la República, los gobernadores de las entidades federativas y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
El procedimiento será vinculante cuando se registre una votación de al menos el 40 por ciento del listado nominal de electores y la mayoría absoluta se pronuncie por destituir al jefe del Ejecutivo.
La revocación la podrán solicitar el propio Presidente de la República y convocada por el Congreso de la Unión; o también por el 33 por ciento de los integrantes de cualquiera de las dos Cámaras (Diputados o Senado); y la votación se realizará el mismo día de la jornada electoral federal en la que sólo se elijan diputados federales.