Corrupción neoliberal
De un poeta y amigo
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Con profundo reconocimiento a nuestra amiga, colega, doctora, escritora y poeta, doña Rosa Chávez Cárdenas una poesía.
Es del amigo Octavio Raziel García, también escritor y periodista.
Lo llamó, en 1960, El sonido de mi voz.
–A los dos, a ella y a él les recordamos que a veces, la simple sonrisa de un amigo basta para superar un dolor, cicatrizar una herida y alegrar el corazón—
“Todo lo que pueda decir
Sonará a bote viejo
En mitad de la calle
Que arrastra en las esquinas
Su gemido metálico.
No puedo canturrear
Mis versos anticuados
Ni jugar a la cínica
Ni continuar un paso.
Todo lo que yo diga
Sonará a imitación
En un teatro vacío
Sin máscara y sin gafas.
No hay amor ni alegría,
No hay valor ni deseo
De continuar la farsa
Que a nada nos conduce.
Mi voz no es voz
Es un sonido
O la sombra de un eco
De viento
Que se arrastra
En las ventanas rotas
De un pueblo abandonado”.