De norte a sur
Y los partidos, mal y de malas
La partidocracia mexicana anda mal y de malas.
Lo que queda del priismo y panismo buscan fórmulas para reorganizarse e intentar recuperar lo más que puedan de los votos perdidos; el PRD está en la tablita. La chiquillería sigue colgada del ganador, como siempre, pero se perfila el renacimiento de la maestra y el PES. El Simi-panismo lo inventó Felipe Calderón. Y Morena tampoco se salva, el choque entre monrealistas y Yeidckol refleja que la lucha por el poder es la misma.
Pero vamos por partes. Una primera conclusión es que pese a la alternancia, los actores de la clase política y el modelo de sistema político, aunque con matices y algunos asegunes no cambiaron, son los mismos que todos conocemos.
El partido ganador es resultado de múltiples fracturas de otros partidos a lo largo de casi dos décadas; el liderazgo más importante es el de un político con 18 años en campaña. El partido en el poder está personificado en el ganador de la contienda de julio de 2018, el partido es él, lo que representa un problema importante porque por si solo Morena no es autosuficiente y ya veremos por qué.
El partido perdedor, el PRI, fue incapaz de renovarse y no pudo resurgir de sus propias cenizas. En el anecdotario quedó la leyenda del partido prácticamente único que llevó al escritor Mario Vargas Llosa a etiquetarlo como la Dictadura Perfecta.
Hoy al partido que tiene el objetivo de construir la 4T, bien podría etiquetarse como expresión de la Dictadura Imperfecta.
Las pugnas internas en el PAN empujaron a este partido que tuvo la Presidencia de la República durante dos sexenios a una de sus derrotas más estrepitosas. La fractura panista tiene a este que es el segundo partido más viejo en un dilema pues habrá dos partidos con el mismo discurso de Gómez Morín.
En el PRD queda muy bien la conseja de que nadie sabe para quién trabaja. Si la izquierda en México no se reorganiza el pronóstico es terrible. La pensamiento de la izquierda en México puede que no desaparezca, pero el PRD sí
Dos partidos fueron los que perdieron su registro porque no alcanzaron el 3 por ciento de la votación nacional, pero eso parece no preocuparles porque simplemente se reciclarán. Se trata de dos partidos que aspiran a seguir recibiendo prerrogativas y a obtener una rebanada del poder aunque no pasen de ser partidos bonsai o satélites.
El PES quiere obtener su registro para reaparecer como PES, con las mismas siglas. El caso del partido que nació inspirado por la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, el Partido Nueva Alianza, ahora le apuesta a ser un partido enfocado a obtener votos vía las redes sociales, tarea que resultó muy fue efectiva para la candidatura de #YaSabenQuién.
Más de lo mismo
MORENA. De pensamiento y decisiones unidireccionales, con una estructura casi familiar, el Movimiento Regeneración Nacional está haciendo agua. Como ocurrió en el PRD, la confrontación entre las tribus es su talón de Aquiles.
El partido del poder se debate en un juego de fuerzas que les puede resultar contraproducente. Yeidckol Polevnsky y Ricardo Monreal le suben todos los días una o dos rayitas a su confrontación. ¿Quién sobrevivirá? Hagan sus apuestas.
Morena sigue siendo AMLO y la suerte de los candidatos electorales dependen de eso. Y ya no guardan ni siquiera las apariencias. A dos meses de las votaciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el candidato morenista a la gubernatura en Baja California y con la estructura de su partido, en día hábil.
Lo peor. Parece el pago de cuotas la decisión de que el perdedor de la elección de 2018, Miguel Barbosa, sea nuevamente candidato en la elección extraordinaria de Puebla. Esto les ha acarreado todo tipo de críticas. Pero no les importa.
El choque entre Yeidckol y Alejandro Díaz Durán no presagia nada bueno para ellos. El cambio de dirigencia es hasta noviembre.
La prueba de fuego es en 2021 y sin AMLO en campaña, Morena no es nada.
PRI. El priismo es una leyenda y sus errores y horrores contribuyeron a su derrota y al cambio de gobierno.
El cambio de dirigencia tricolor es el primer reto para redefinirse como fuerza política. Tendrán elecciones internas el 2 de septiembre, organizadas por el INE y los candidatos harán campaña tres meses y medio.
De los prospectos el más sólido es Alejandro Moreno Cárdenas quien solicitará permiso al Congreso de Campeche para participar en la interna. Está asegurando su boleto, pues termina su gestión de gobierno en 2021. A los demás prospectos del descarapelado priismo no se les ve cómo puedan darle oxigeno. Vaya ni el apreciado José Narro se le ve frescura. Y de los demás es más de lo mismo.
Al PRI le urge reinventarse y generar nuevos cuadros. Como sea los dos prospectos para 2024 son Moreno Cárdenas y Miguel Osorio Chong. ¿Alguien más?
PAN en rebanadas. La derrota de Ricardo Anaya se explica por la crisis interna, no resolvieron sus diferendos, se confiaron y se los llevaron al baile. Un dato, prácticamente todos los ex dirigentes de partido están fuera del PAN y algunos andan en Morena.
El fin de semana se confirmó la expulsión de Ernesto Cordero, lo que hace más difícil la reconstrucción del panismo.
Los panistas tiene que hacer un análisis de conciencia muy en serio y no solo darse golpes en el pecho. El reto de su dirigente Marko Cortes no sólo de duplicar el padrón de militantes que es de 280 mil, sino de evitar que se los piratee la agrupación de su paisano Felipe Calderón.
Si les preocupa la elección de Estado en Baja California y Puebla, espérense a las de 2021.
Simi-PAN. La organización que encabeza Margarita Zavala, es otra versión del panismo de Gómez Morín, o sea, es lo mismo pero más barato. Felipe Calderón es su motor. No se sabe qué harán Cordero y Roberto Gil Zuarth y otros operadores panistas. Los pleitos de familia terminan mal.
PRD. El partido del sol azteca es la matriz de Morena, pero los perredistas se distrajeron tanto en sus pugnas tribales que no se dieron cuenta que casi los hicieron polvo.
La mayoría de los perredistas siguen abandonando el barco y en el Congreso apenas son un pálido recuerdo. Por ahí del 28 de abril se reunirá el Consejo y su dirigencia provisional para determinar lo que harán y si le cambian colores, logo y hasta el nombre. Tienen que dejar de soñar pues el padrón de 5.2 millones es totalmente irreal.
Los bonsai
PT. Están muy a gusto. Cayeron para arriba y nadie les cuestiona su pasado.
MC. Tiene expectativas de seguir creciendo y sabe que tiene boleto de primera fila en la contienda presidencial de 2024.
Con una gubernatura políticamente clave, pues Jalisco es la cuarta entidad que genera más votos, Enrique Alfaro saca de sus casillas a #YaSabenQuién y eso es ventajoso para los planes a futuro.
Desde las sombras
RSP. La maestra Elba Esther Gordillo ya cabalga de nuevo. Sus planes son muy claros, reorganizar el esquema de partido que tuvo con el Panal, retomar el control del sindicato magisterial más poderoso de América Latina y cobrar facturas. El objetivo es ser una fuerza política con luz propia.
PES. El PES espera salir de ultratumba. Todavía con el entripado de no haber logrado doblegar al INE y al TEPJF, el PES perdió el registro pero su intención es reandar el camino como PES, las mismas siglas de la agrupación Partido Encuentro Solidario o Partido Encuentro Subsidiario. Sus críticos lo acusan de ser Partido de Encuentro Subsidiado. El padrón del PES en teoría es ligeramente inferior al de Morena.
Tome nota. Los más agudos observadores de la política están convencidos de que todos los partidos lejos de modernizarse, tienen un pie y medio cuerpo en el viejo sistema político mexicano.