Se prevé ambiente muy frío durante el fin de semana
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de mayo de 2019.- Luego del breve mitin frente a Rectoría de la UNAM y la exigencia de cumplimento a un pliego petitorio que dejaron colgado en la entrada de dicho edificio, la marcha de colectivos estudiantiles que exigen justicia por los feminicidios que han ocurrido en instalaciones de esta casa de estudios, siguieron su camino hasta el memorial hecho en la cabina telefónica ubicada en la Facultad de Ingeniería, donde hace dos años fue encontrado el cuerpo sin vida de Lesvy Berlín.
El evento en un inicio estaba organizado para recordar a Lesvy Berlín y otras mujeres muertas o desaparecidas, sin embargo, a raíz del asesinato de Aiddé Mendoza el pasado lunes en el CCH Oriente, se convirtió también en una exigencia de justicia y esclarecimiento de la muerte de la estudiante.
Ahí, el colectivo Rosa Oriente leyó un comunicado donde expresaron el sentir de la comunidad de aquel plantel y las exigencias, donde además de justicia pidieron la destitución del director de ese centro educativo, Víctor Efraín Peralta, a quien acusaron de incompetencia y omisión para informar a la comunidad universitaria, por lo que, aseguraron, ese hecho lo hace cómplice.
Exigieron que sea la comunidad del CCH Oriente la que pueda elegir a sus directivos, «en aras de trabajar bajo el acuerdo tripartita»; de igual forma pidieron el despido de personal y profesores que tengan acusaciones de haber maltratado de alguna forma a las mujeres que ahí estudian; así como la expulsión de los alumnos que tengan alguna queja por el mismo tema, para garantizar, dijeron, su seguridad como mujeres dentro plantel, «no seguiremos conviviendo con personas violentas», señalaron.
La vida cotidiana en parte de las instalaciones de Ciudad Universitaria se vio interrumpida por unos minutos ante el paso de la marcha que salió de Rectoría y que, encabezada por estudiantes de diferentes facultades, CCH y Preparatorias en su mayoría mujeres, recorrió la zona de las islas ante la Biblioteca Central y las facultades de Arquitectura, Filosofía, Derecho, las torres de Humanidades, Medicina, Química hasta llegar a Ingeniería.
Ante las miradas, pocas indiferentes, otras solidarias, el contingente fue marchando y en medio de los alumnos que tomaban clase o desarrollaban alguna actividad lúdica o deportiva, retumbaban las consignas y cánticos, muchas pero algunas directas y evidentemente certeras:
«¡Van a volver, van a volver, las balas que disparaste van a volver; la sangre que derramaste la pagarás; las mujeres que asesinaste no morirán, no morirán! o ¡No fue suicidio, fue homicidio! y ¡Señor, señora, no sea indiferente, se matan a mujeres delante de la gente! para terminar con la exigencia general, ¡Ni una asesinada más!
Y arribaron al pequeño memorial, donde después de un ritual con inciensos y el sonido de los caracoles, ya se encontraba un discreto escenario donde se llevó a cabo un evento que llamaron Jornadas Culturales por la Vida y la Paz; hasta ahí se escucharon todas las veces que demandaron justicia y memoria para «Aiddé Jennifer, Miranda y Lesvy y las que nos faltan».