Teléfono rojo
El adiós a ciertos plásticos en México en el 2020, ¿será verdad? El apego que desde hace cincuenta años inició el ser humano para entregarse a los plásticos, tiene una explicación lógica si se acepta la teoría tradicional.
Los fósiles de los cuales se producen son parte de esa humanidad, son un recuerdo permanente de la historia milenaria que se actualizó y se revivificó, en un artículo útil, pero que por desgracia es dañino también.
En el plástico vemos la metáfora -quizá siniestra-, de los seres vivientes de antaño -las plantas y animales diversos-, que volvieron a vivir, inmóviles en sus nuevas formas, pero extendiendo su imperio del pasado, como fantasmas que asuelan el mar, los ríos, las praderas, hasta llegar, triste su destino, a las mismas alcantarillas.
La ciencia ya lo había dicho: la materia no se destruye, solo se transforma, así surjan nuevas teorías que sostienen que el petróleo no es un fósil sino un material originario, primigenio, de origen profundo. Cualquiera que sea la verdad científica, el plástico de uso cotidiano ha alterado la vida de la humanidad.
La explicación que dio el diputado de Morena Juan Israel Ramos Ruíz en diciembre de 2018, cuando presentó la iniciativa de adición al artículo 15 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Medio Ambiente, es pavorosa y se ha repetido muchas veces.
En el mundo se usan a diario de 500 mil millones a un billón de bolsas y plásticos diversos. La ONU -lo recordó- al conmemorar el día mundial de medio ambiente el pasado 5 de junio, se refirió a los 8 millones de toneladas de plásticos que se arrojan a los océanos cada año, destruyendo con ellos la vida de millones de animales y ecosistemas naturales. La desaparición de cierto tipo de plástico, pues, es un asunto de supervivencia.
Al regular el plástico hasta el 2020, México llega tarde
A la altura de países europeos y otros del mundo, la capital mexicana planteó desde 2009, con Marcelo Ebrard en el gobierno, la regulación de las bolsas de plástico, pero el empresariado del sector se le echó encima.
Diez años después, cuando el problema del uso del plástico se ha elevado por miles, no solo la CDMX sino todo el país entra en alerta y ya van muchos estados que cambiaron leyes y otros que están en proceso.
En otras latitudes han funcionado leyes desde principios y mediados de la segunda década del milenio. España lanzó un decreto en 2016 en donde fija el uso, tipo de bolsas y obligaciones tanto empresariales como ciudadanas.
En el mismo tenor están Italia, Francia, Alemania y otros países de la Unión Europea (UE). La aprobación del uso mínimo y regulado del plástico por el congreso capitalino el pasado 9 de mayo, ha sensibilizado al sector rebelde de hace una década y ya algunas empresas anuncian fechas para empezar a aplicar la norma.
Las disposiciones de otros países son muy minuciosas en el tipo de bolsa, las micras aceptadas en bolsas pequeñas, la promoción de las bolsas compostables de algodón, como opción, la lista de artículos que de plano deben desaparecer, cosa que debería empezar a hacerse aquí, de parte de las autoridades a nivel nacional, para ir introduciendo la información a tiempo.
Pero las bolsas y los utensilios de plástico están tan arraigados en la vida cotidiana que va a ser un problema su eliminación ¿Donde va a poner la gente la basura para colocarla en los botes de recaudación? ¿ los empresarios aumentarán sus bolsas especiales de basura o sea, más plástico?, ¿cuantos recursos -sobre todo el agua- se gastarán para lavar vasos de vidrio que sustituirán los de plástico y hasta que punto será similar o peor el problema? Dudas que no se han aclarado, entre muchas más.
La creación monstruosa neoliberal: el plástico
El del plástico es un verdadero monstruo, que viene del pasado disfrazado de otra cosa, pero penetra en la vida de la naturaleza y del ser humano como antaño lo estuvo en otras dimensiones y se ramifica, se posesiona de la economía, la industria y de lo que es peor de la vida cotidiana de la gente.
Inventado en 1860 con fusión de materiales químicos que condujo al primer plástico propiamente dicho en 1909 con la baquelita, el plástico se posesiona de la industria y desplaza al acero.
La que se llama la edad del plástico se inicia desde los años setenta y está en todas partes, muebles, motores, conexiones eléctricas carrocerías, juguetes, maletas, artículos de deportes y miles de cosas más.
Su verdadera desaparición sería un desastre. Viene a ser una hechura fundamental pero degradante del capitalismo, aunque curiosamente sea Asia con China a la cabeza -27 por ciento del total-, la que controle 50 por ciento de la producción mundial.
América del norte tiene el control del 18 por ciento y en la UE, Alemania encabeza su producción con más del 24 por ciento. Sus efectos cotidianos ya se están expresando destructivos y violentos en el mundo. No se refiere a eso, pero uno de los versos de Himno entre ruinas (1948) del libro La estación violenta (Planeta-Conaculta 2002) de Octavio Paz, bien podría aplicarse en este momento a la existencia de ríos y mares, con el plástico.
Dedicada más bien a la historia, los paisajes, el tiempo, los seres humanos, etcétera, el libro tiene al final su famoso poema Piedra de sol y se escribió en momentos frágiles de la vida del Premio Nobel, con problemas personales, diplomáticos y políticos. He aquí el verso que escogimos:
Mis pensamientos se bifurcan, serpean, se enredan
recomienzan, y al fin se inmovilizan, ríos que no desembocan delta de sangre bajo un sol sin crepúsculo
¿Y todo ha de parar en este chapoteo de aguas muertas?