Presenta Ramírez de la O presupuesto de egresos; van 6.5 billones a metas
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de junio de 2019. — Cuando Donald Trump anunció el fin de los aranceles al aluminio y acero se creyó haber ganado terreno para la ratificación del T-MEC (Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá).
Sin embargo, el presidente estadounidense declaró que su gobierno emprendería medidas punitivas contra México. “Si no se convierte en país seguro tomará medidas como castigo bajo la premisa de que México no hace nada por detener la migración”, explicó María Cristina Rosas González, doctora en Estudios Latinoamericanos por la UNAM, según detalla un comunicado.
Abundó que el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó hace unos meses un acuerdo con Guatemala, Honduras y El Salvador, para impulsar el desarrollo y las oportunidades en Centroamérica con el fin de prevenir el fenómeno migratorio.
“La propuesta de López Obrador es crear un programa de desarrollo para América Central y el Caribe que mejore las expectativas de vida de los centroamericanos para que decidieran no emigrar, pero esto lleva tiempo y Trump está pensando en los próximos comicios de 2020. Busca la reelección y necesita contar con el apoyo de su base dura, los estados de medio oeste”.
Rosas González refirió que la compleja relación entre México y Estados Unidos se basa en tres aspectos prioritarios: comercio, seguridad y migración. Estos temas se habían revisado por separado, pero Trump mezcló migración y comercio.
“Está condicionando el flujo comercial con México y esto es inédito en la historia de la relación con Estados Unidos. Prácticamente, nos está delegando la responsabilidad de la política migratoria que sería responsabilidad de Estados Unidos y no de México”, comentó la académica universitaria.
Aseguró que debemos “prepararnos para estas medidas punitivas a partir del día 10 de junio porque Trump anuncia la guerra y sí lo hace. Ahora mismo tiene medidas contra China, no le importan las consecuencias”.
Finalmente, Rosas González afirmó que la imposición de aranceles es inadmisible porque afecta a empresas texanas, que es un bastión republicano.
“Lo peor de todo es que nosotros no tenemos Plan B, el escenario se ve muy nebuloso. Una posible respuesta de México sería presionar con el tema de seguridad, tener una posición enérgica, digna y punitiva si decide poner este arancel del cinco por ciento”, indicó.