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CIUDAD DE MÉXICO, 14 de junio de 2019.- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) desarrolló y aplica tecnologías para la formación de híbridos de cocotero mejorados y con una alta resistencia a enfermedades como el amarillamiento letal, el cual ha afectado el cultivo en entidades productoras de este fruto, principalmente del sur sureste del país.
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) –organismo descentralizado de la Sader– centró sus estudios en la formación de híbridos precoces y que permiten una mayor producción de frutos en los estados de Yucatán, Tabasco, Oaxaca, Guerrero, Nayarit y Quintana Roo, incluso pueden ser cultivados en zonas donde no se concebía esa posibilidad.
En el país, 70 mil familias (más de 400 mil personas) dependen económicamente de lo que produce la palma de coco, por ello, los científicos del INIFAP desarrollan alternativas tecnológicas para evitar la pérdida de los cultivos del cocotero y, con ello, mantener la fuente de ingresos de los mexicanos que radican en las zonas costeras.
Con estas acciones se busca un mejor acompañamiento a los pequeños productores, quienes por décadas han carecido de apoyos, desarrollo de capacidades, acceso a créditos, y han padecido desequilibrio entre la oferta y la demanda, así como fluctuaciones en el mercado y bajos precios.
Especialistas del instituto señalan que, además, en el sector se tiene el registro de plantaciones con más de 50 años, la inexistencia de riego tecnificado y la falta de visión para aprovechar este cultivo de manera integral.
México tiene la fortaleza de ocupar el segundo lugar en cultivo de cocoteros en el continente americano y el octavo a nivel global, pero tiene la amenaza de las enfermedades y las plagas que ponen en riesgo la producción del fruto.
El coco es altamente comercializable debido a que toda su estructura puede convertirse en productos, por ejemplo: artesanías, azúcar, leche, aceite de cocina, coco rallado, carbón activado y artículos de horticultura.
El cocotero representa un importante atractivo turístico que genera la entrada de divisas en los estados donde se produce.
Además, en el 2016 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ubicó al coco en el número 20 de la lista de los cultivos con mayor superficie a nivel mundial.