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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de julio de 2019.- La única “barrera” que podría detener el flujo de migrantes es el desarrollo económico, político, cultural y social en sus países de origen, manifestó este domingo la Arquidiócesis de México a través de su editorial titulada: Un sistema migratorio fallido.
La Iglesia católica destacó que el sistema migratorio tanto en México como en la Unión Americana, habla de un fracaso, pero también de la necesidad urgente de atender las causas profundas de esta crisis migratoria.
«La trágica muerte de un padre migrante y su hija al intentar cruzar el Río Bravo es consecuencia innegable de un sistema migratorio fallido, cuya inflexibilidad lleva cada vez a más hermanos a decidir entre su futuro o su vida».
Advirtió que México vive una realidad sin precedentes, pues de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), se estima que, tan solo en los primeros seis meses de este año, el flujo de personas migrantes ya supera en 232 por ciento a los números registrados durante todo el 2018, y unos 360 mil indocumentados se encuentran dispersos en suelo nacional o ya ingresaron a los Estados Unidos.
«Es una realidad que algunas diócesis están sobrepasadas por la cantidad de migrantes que transitan por su territorio, con problemas de agotamiento, deshidratación, heridos o ultrajados por el crimen organizado y en ocasiones por las mismas autoridades migratorias; sin embargo, se sigue brindando auxilio a los hermanos, de manera cada vez más organizada», finalizó.