El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
El presidente López Obrador tiene un Plan “B” para construir el nuevo aeropuerto en Santa Lucía: Construirlo.
Así de sencillo. Contra todas las pataletas. Pese a las declaraciones del economista Carlos Urzúa. No obstante, todo el dinero que se mueve para “detener” su construcción con chacaneadas jurídicas. El Presidente está decidido.
A pregunta mía, en la Mañanera del lunes, iniciando la semana con muchas noticias, y mayor número de provocaciones en los cuestionamientos, tanto así que al final de la conferencia diría, textual, “…es Lomelí, es Urzúa, es la recesión. Quieren que nos enganchemos en eso”, respondió que pese al “sabotaje legal” que están enfrentando se va a construir Santa Lucía.
O sea, de que va, va. Sin ningún titubeo.
¿Por qué? Supongo que, por encima de cualquier razonamiento, porque es una decisión tomada. Y el primer mandatario no se caracteriza por recular. Antes, al contrario. Por eso, con total contundencia, López Obrador afirmó que la gente que se opone a este aeropuerto lo hace porque perdió privilegios.
Y como si no fuese suficiente sentenció: “A ellos lo que les importaba era el dinero, era el negocio, el que iban a hacer con los terrenos del actual aeropuerto, un Santa Fe, ya tenían planeado el saqueo… por eso la lluvia de amparos”.
Por muchos años los mandatarios en turno, fuesen de cualquier partido político, negaban que existiese una confrontación, que tuviesen enemigos, que grupos sociales estuviesen actuando en su contra. Una de las grandes diferencias de este gobierno es aceptarlo. Y responder. Con enjundia.
Con jiribilla: “Si fuesen honestos nuestros adversarios deberían ofrecer una disculpa”.
Para que no quedase ninguna duda en su respuesta, el Presidente ratificó: “El Plan “B” consiste básicamente en que se va a hacer”.
Obviamente hay un retraso. Que para algunos es mucho mayor de lo que se acepta oficialmente. A cargo está el general Gustavo Vallejo, un ingeniero que ha recibido premios internacionales por sus construcciones, todas realizadas en un tiempo récord, siempre menor a lo que se suponía. De acuerdo con López Obrador este tiempo se está aprovechando “… se sigue trabajando en cómo llegar… las vialidades”.
Respecto al tema ecológico, el primer mandatario reviró: “¿Qué es lo que se está afectando si ya estaba el aeropuerto ahí?”, en referencia a la Base Militar.
La conferencia “mañanera” había estado llena de preguntas, insistentes, muy dirigidas, hacía las declaraciones de Urzúa que denostaban proyectos como este aeropuerto. A todas las “bateó”, no cae en ninguna trampa, no se enoja, no hay como llevarlo a otro tema distinto de aquel que quiere, así con toda intención, quiere comunicar.
Con insistencia una reportera le dijo que no solamente “sus adversarios” estaban en contra de la construcción de este aeropuerto, que también Carlos Urzúa… y con esa malicia del Sureste que le es connatural, respondió: “¿Quién?”
Porque Urzúa ya no es tema. Santa Lucía sí. A cualquier costo. Con todos los amparos en contra. No hay titubeo…
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